Poesía y poetas en tiempos de pandemia
P
por José Muchnik*
Un antes y un después: Comienzos del tercer milenio, 2020 dejó huellas y heridas inolvidables. Historia hablará de ese año que partió el tiempo de un hachazo, lo dividió en un antes y un después. Se hablará de la época de antes de los barbijos, la época de besos y abrazos despreocupados, de mates compartidos… 2021 ya pertenece a la era de los virus emboscados, comienza en la incertidumbre, nadie sabe qué pasará, avanzamos a tientas en el laberinto, lo que sí sabemos es que “esto” recién comienza. Con un poco de esfuerzo podemos ver un lado positivo, el virus no solamente mata, es también un virus revelador, la pandemia como un libro abierto, un gran teatro, una magnífica puesta en escena de lo peor y lo mejor de la humana esencia. Desde los minúsculos detalles hogareños hasta la gran caldera mundial el virus disuelve apariencias, deja vidas al desnudo, visibiliza hechos que permanecían difusos, les confiere nitidez. Que estos cambios influirán en todos los dominios, no cabe duda, también en la creación artística, aún no sabemos cómo, por ahora estamos nadando para sobrevivir, no llegamos al después. Al comienzo de la pandemia, como una pulsión de vida para salvarme del naufragio, comencé a escribir los “Poemas de la Cuarentena” (https://ciccus.org.ar/2020/03/27/poemasdelacuarentena/). Me atrevo ahora, en medio de la tormenta, a brindar estas reflexiones a los amigos de Generación Abierta, no para pronunciar verdades, sí para expresar dudas… y temores.
La resistencia poética: En plena pandemia llamamos a organizar la “resistencia poética” sin saber a ciencia cierta de qué hablábamos. Pudimos constatar que la movilización de asociaciones culturales, sindicales, religiosas, deportivas… fue ejemplar. Miles de personas participaron en conciertos, festivales musicales, ayuda a discapacitados, reparto de bolsos de comida, organización de ollas populares… Tal vez la resistencia poética resida sobre todo en la solidaridad, en la alteridad, en el reconocimiento del otro, pues uno no existe aislado, uno existe en sociedad, compartiendo penas y alegrías con sus semejantes. Frente a la peste confirmamos que no podemos salvarnos solos, o nos salvamos juntos o no se salvará nadie.
Poesía y poetas exaltan la existencia, debemos asumir el compromiso con nuestro tiempo y nuestras sociedades. Víctor Hugo decía “El poeta en días impíos / Viene a preparar días mejores / Es el hombre de las utopías/ Los pies aquí los ojos más allá” (Víctor Hugo, « Fonction du poète » (1839), en « Les Rayons et les Ombres » (1840). Además de solidaridad, cultivar la esperanza. Una resistencia que vaya más allá de lo político, que abarque lo ético y lo filosófico, los valores y el sentido de nuestra existencia. Una resistencia de largo aliento, pues sólo en el largo plazo podremos acceder a valores de humanidad, no alcanza con decretos, no alcanzó con las tablas de la ley. Una resistencia con alegría, pues la alegría es la vida misma. Una resistencia artística, pues el arte podrá tal vez salvarnos de la barbarie, darnos las claves para acceder a la condición de ser humano.
La hora de la verdad: Los invisibles ángeles exterminadores nos pusieron frente al gran espejo, ahí donde queda reflejado nuestro comportamiento soberbio, la destrucción de nuestro propio ambiente de vida, de la naturaleza y de la biodiversidad, nuestra carrera hacia el abismo. Sonó la alarma, ignorarla sería fatal. Ahora aquí estamos, comienzos del tercer milenio, desnudos en el bosque, nuestra ignorancia en carne viva ¿Caminar hacia dónde? ¿Dónde está la luz? Corona Virus sigue asesinando, abriendo interrogantes, enturbiando aire, instalando incertidumbre ¿A qué mundo volveremos? ¿Cómo iluminarán el teatro cuando reabran las puertas? ¿Cambiarán la puesta en escena? ¿Comenzarán una nueva tragedia? ¿Podremos sacarnos las máscaras? Devenir humanos, lograr que seres y personajes coincidan, que las palabras se acerquen a la verdad, que ilusionistas financieros dejen de manipularlas… Aquí estoy, sólo y desnudo con mi asombro, toco madera, formulo deseos, como los antiguos druidas, como hace miles de miles de años, como las primeras mujeres, como los primeros hombres, pidiendo fertilidad, lluvia, protección contra rayos o fieras… Me acerco, apoyo mi mano en el árbol, toco madera, entorno párpados, siento el mundo latir, pido vida, para los míos, para mí, para todos mis hermanos, pido paz, pido terminar con la barbarie…le pido a mi plátano, son cuatro hermanos corpulentos a la vera del camino, custodiando el sueño de aves, el devenir de las aguas.
La manipulación del lenguaje: la crisis no es sólo ecológica, política, económica… la alarma también suena por la crisis del lenguaje ¿Menos nociva? ¿No tan importante? Se equivocan, los pulmones de Libertad, Justicia, Democracia… también han sido atacados, dejaron palabras esenciales sin aliento ¿Cómo curarlas? ¿Cómo inyectarles glóbulos frescos, para que emprendan otro vuelo? Sin darle alas al lenguaje seguiremos chapoteando en el barro, porque el lenguaje es el cimiento, la fundación sobre la que se elaboran conceptos e ideas, sin cambiar las fundaciones, los edificios sociales continuarán su deterioro.
¿Quién se atreve a pronunciar el mundo que queremos? Declaraciones de reconocidos intelectuales, políticos, economistas… proclaman verdades con lenguajes deshidratados, piadosos taparrabos que apenas ocultan nalgas, deseosas de volver al confort de sus sillones. ¿Acaso la contaminación del lenguaje no cuenta? Cómo puede crecer un mundo solidario, fraterno, donde vivan en armonía humanos y naturaleza, si no abonamos con limo, semillas, palabras frescas. Corona Virus suena la alarma, nos convoca a repensar nuestra forma de vida, también el lenguaje utilizado para comunicarnos, manipulado por los “adalides de la libertad” que venden pescado podrido envuelto en papel regalo.
La manipulación del lenguaje no está confinada, comunicadores seriales siguen martillando con asombrosa creatividad, capturando deformando instrumentalizando palabras y expresiones. Algunos dirigentes de la Unión Europea ya anuncian la llegada de un “capitalismo controlado” y de un “mundialismo equilibrado”.
Traed palabras verdaderas, del mercado, de la panadería, del hospital. Alarma Virus está sonando, respondamos al llamado, aportemos palabras urgentes para aliviar el pecho de un mundo sofocado. No sólo ambulancias, no sólo respiradores artificiales, no sólo barbijos estériles, también necesitamos palabras, palabras cristal para que renazca armonía entre sonidos y sentidos. ¡Que dejen de hablar falso! Que dejen de decir libre, para embellecer la especulación de mercados que de libres no tienen nada, que dejen de decir democracia, para camuflar el poder de tiburones, que dejen de decir justicia para ocultar mafias y “law-fare”. ¡Volved poetas! Retomad vuestro puesto en las trincheras de la lengua, sin lenguas límpidas el virus seguirá reventando bronquios, carcomiendo pulmones. Cientos de bellísimas lenguas esperan su renacimiento ¡Desgrasarlas! ¡Sincerarlas! Liberar palabras esclavizadas, darles aliento nuevo.
El poeta puede contribuir a esclarecer, alertar, pronunciar el mundo de otra manera para acercarnos a la verdad, a remover las capas de grasa y humo que recubren el lenguaje, que confunden y deforman la realidad. (https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Escuela/23/JoseMuchnik01/) En este sentido la poesía es mucho más que una expresión artística, es una fuente de supervivencia “Un arma cargada de futuro […] como una pulsación que golpea las tinieblas […] poesía necesaria como el pan de cada día / como el aire que exigimos tres veces por minuto” (Gabriel Celaya, La poesía es un arma cargada de futuro, Cantos iberos, 1955)
¿Re-apropiarse del tiempo?: ¿Cómo vivir? Se trata nada menos que de nuestro ser y estar en este mundo. Los que gobiernan y organizan el tiempo, los que lo pesan, cortan en fetas, diseñan vidas, construyen hormigueros, no quieren que “perdamos tiempo”, pasear, disfrutar, soñar… ¡No! ¡El tiempo es para otra cosa! ¡Rentabilizar! ¡Competir! ¡Producir! Celulares por hora, pizzas por minutos, beneficios por año. ¡Productividad señoras y señores! ¡Productividad! Parece normal ¿A dónde ir después de la pandemia? Así armaron el mundo, economía golpea duro, millones de desocupados, fábricas paradas, colas de hambrientos… Entonces todo recomenzará, cada uno volverá a su molde, el panadero a su horno, la enfermera a su paciente, el chófer a su ómnibus… ¡Peor aún! ¡Muchos ni siquiera encontrarán un molde donde volver! Volverán a contarles los minutos, a controlarles el pipí, a humillarlos por una pizza fría… Hombres y mujeres en cadena seguirán rindiendo culto al gran Moloch, acordaos de los Tiempos Modernos de Chaplin, de Metrópolis, el histórico film…
Tal vez la vida sea otra cosa ¡Aquí y ahora! ¡Carpe Diem! ¡Cosechemos vida! Hojas reteniendo gotas de sol, árbol inclinado hacia la memoria del río, pidiendo que palpemos corteza, que formulemos deseos. Tal vez podamos hacer del trabajo cotidiano un acto de creación, para nosotros y para la comunidad, no un acto de servilismo esclavo para beneficio de anónimas sociedades. Tal vez podamos poner la tecnología al servicio de ser humano no el ser humano al servicio de la tecnología, tal vez podamos poner el “mundo virtual” al servicio de la realidad, no vivir por procuración en series Netlix y teléfonos celulares, imágenes que colonizan nuestro cerebro y nuestro tiempo.
La vida está aquí, en este atardecer, en esta repetición ritual del canto de las luces. Vida: collar de instantes hilvanados con reflejos de antiguas lunas. Dejar en reposo el pasado, el futuro sobre el respaldo de alguna silla, zambullirse en el lago que se abre a nuestro paso, nadar olvidar nadar… hasta que sangre grite aire, volver a la superficie y contemplar el mundo. No se trata de un simple cuestionamiento político o económico se trata de cuestionarse sobre nuestra vida misma, nuestro transcurso en esta tierra. Sé que no es fácil mas es esencial intentarlo.
Ir hacia adentro: nos confinan, difícil circular, no podemos ir hacia afuera, tal vez podamos ir hacia adentro, emprender un viaje hacia comarcas interiores que raramente visitamos. Si algo podemos agradecer a la muerte es de poner en relieve la vida, no desperdiciarla, momento propicio para estas reflexiones, para cuestionarnos sobre lo esencial y lo superfluo de nuestras existencias, como individuos y como sociedad. Ejercicio más que arduo, pero si no ahora ¿Cuándo? El que desee seguir corriendo, tiene todo su derecho, yo prefiero bajar velocidad y aumentar sensibilidad, tal vez resida ahí la clave para comenzar a entender qué pasa
¿Podrá un poema transmitir el mensaje?
Resistencia poética
A mi querida amiga Luisa Futoransky
¡Aquí y ahora!
¡Expirar! ¡Respirar!
¡Expirar! ¡Respirar!
descocer disfraces
autopsiar realidades
ver más allá de la niebla
¡Aquí y ahora!
dejar de correr
contemplar otoños
desplegar instantes.
¡Aquí y ahora!
que broten rostros verdaderos
tirar máscaras
descascarar huevos.
¡Resistencia poética!
¡Es hora de decir basta!
¡Basta de sangre descartable! ¡Basta de monedas falsas! ¡Basta de huecas palabras!
Hora de saber qué buscamos
¿Dólares para amar?
¿Face book para sentir?
¿Net Flix para soñar?
Hora de preguntar adónde vamos
¿Dónde está la vida?
¿Dónde la rosa de los vientos?
¿Dónde el libro de los muertos?
¡Gran pandemia gran! La “deuxième vague” ya llegó. Ola tras ola, corona tras corona, marea tras marea, arroja desechos. Aquí estamos, sin aire, boqueando en la orilla, así mueren los dorados, así morimos los humanos.
¡Resistencia poética!
¡Eliminar!
odio de las uñas
polvo de la memoria
hongos de la manzana.
¡Cuestionar!
el transcurso de los días
piedras del camino
paraísos prometidos.
¡Hablar!
No cuerdas vocales profiriendo engrudos, hablar de verdad, encordar palabras y emociones, las cosas llamar por su nombre, dar alas a Libertad, pueblo a Democracia, panes a Igualdad. Desengrasar lenguajes manoseados por tanta perfidia, que harmonía sea entre sentidos y sonidos.
¡Resistencia poética!
¡Derribar esquemas!
¡Ir más allá! Más allá de fórmulas políticas, económicos modelos, zanahorias fluorescentes.
Poesía es vida, poema intenta atraparla, ella resiste. Poesía es rebeldía, escapa de académicos cánones, de glorias efímeras.
No soneto de amor
no metáfora del beso
¡El amor mismo!
¡El beso mismo!
¡Resistencia poética!
¡Aquí y ahora vivir!
Entre virus invasores, pandemias asesinas, tsunamis de hipocresía… ¡Sembrar vida! Poco a poco, mano a mano, pueblo a pueblo, que un coro ascendente entone fraternas alegrías.
José Muchnik
Fecha del poema: 30 de octubre 2020 (Ese día comenzó el segundo confinamiento generalizado, aquí en Epinay sur Orge- Francia, donde me ha tocado vivir en estos comienzos convulsionados del tercer milenio)
*Poeta y antropólogo
Enero 2021