La lectura: un intercambio entre el texto y el lector. Por Zulma Prina
- A modo de introducción
En estas líneas intentaremos una mirada crítica sobre la formación del lector. La lectura es un elemento imprescindible para el crecimiento del ser humano, dado que es la herramienta que nos permite profundizar el lenguaje.
El manejo del lenguaje posibilita crecer en libertad; libertad que significa aprender a elegir y a tomar decisiones. Busca la comunicación armónica, abre espacios para la escucha, la reflexión y la resolución de situaciones de vida.
Esto propiciaría en el niño, en el adolescente, la capacidad de crecer, diferenciándose del otro. Porque cada uno necesita, además de desarrollarse como ser social, afirmarse como ser individual, constituir a nivel personal un modelo no habitado por nadie. Esto es lo que enriquece al grupo social en su conjunto. Unir las individualidades con un objetivo común. Entonces, uno de los elementos fundamentales para lograr ese crecimiento es el lenguaje. Desde este lugar, importa la lectura.
Para afirmar esta posición citamos a Paulo Freire “La lectura del universo antecede a la lectura de la palabra y, por eso, la lectura de ésta no puede prescindir de aquel. Lenguaje y realidad están unidos dinámicamente”.
Es decir, aprender a leer la realidad y más allá del tiempo histórico en que estamos inmersos.
- La lectura. Características del texto. ¿Qué es leer?
Al hablar de la lectura, no nos estamos refiriendo solamente al código gráfico que maneja una lengua determinada, sino a otros códigos, como: una imagen, un sonido, diversos signos, un texto escrito, una conversación, los símbolos, los gestos y toda expresión comunicativa del hombre. Cada uno tiene distintos usos y contextos. Pero cada uno forma parte de un texto que, según el contexto, puede leerse de diversas formas.
En el aprendizaje de la lectura y de la escritura, los métodos tradicionales enseñan la relación existente entre las letras y las formas, entre el signo arbitrario que representa la escritura alfabética y el aspecto sonoro del habla. Supone que todos los niños arrancan desde un mismo punto y continúan al mismo ritmo. Esto hace que no ofrezca dificultades para quienes se encuentran en la etapa alfabética pero sí para los demás.
Con relación a estos métodos tradicionales, Emilia Ferreiro[1] dice que no hay que identificar la lectura con el descifrado y en relación con la escritura, que no hay que identificarla con la copia de un modelo. En cuanto a los progresos de la lectura, tampoco hay que identificarlos con los avances en el descifrado y en la exactitud de la copia gráfica.
Cuando el lector lee, el propósito es comprender. La lectura tiene también como meta, que sea comprendida. Entonces, esta nace de la interacción entre lo que el texto expresa, el conocimiento y la búsqueda del lector. Él, actúa sobre el texto, habla con él, le pregunta, relaciona información con sus conocimientos previos; hipotetiza, infiere, extrae conclusiones. Relee, comparte con otros, hace comentarios, recrea y crea otra lectura sobre esa lectura. Es un lector activo en interrelación con su texto.
Leer implica un proceso, donde el lector interactúa con el texto. Él ya trae conocimientos previos y el texto le abre otros caminos. A veces lee para informarse, otras para estudiar, otras, para buscar el placer, la emoción, a través de las obras literarias
b.-Texto y contexto
Al hablar de texto no podemos dejar de lado el contexto. Porque ambos funcionan juntos, están relacionados.
Un texto tiene un emisor que pertenece a un determinado contexto, que va a influir en el mensaje. El receptor, a su vez, lee desde un contexto específico. Si ambos manejan los mismos códigos, textuales, orales, implícitos, tendrán mayores posibilidades de comprensión. Hay entonces una relación entre el texto y el contexto.
El contexto es: todos los elementos que rodean a un texto y que tienen que ver con lo extra textual, como las condiciones de producción, quién lo produce, la época, la historia, el entorno en general. Es el marco real en el que está inmerso el hombre, el adolescente, el niño. Ese lugar común desde donde organiza su vida; es lo cotidiano, lo que está establecido:
El hogar – La escuela – Las personas –
Las instituciones que lo rodean.
Pero, además, cada individuo tiene su historia personal, sus formas, sus costumbres, que son producto de ese contexto.
Ese ámbito cercano en el que se desenvuelve, está inserto en otro mayor que es la región, el país al que pertenece, el tiempo, la historia y el lugar que le cabe en el mundo.
Según sus posibilidades de actuar, de experimentar, de relacionarse, será la posibilidad de acceso al material de lectura de los diversos códigos que pasan por sus manos, por sus ojos y su mente.
En suma: Los textos escritos o las conversaciones se leerán de acuerdo al grupo cultural, la profesión o la experiencia de sus componentes.
Entonces decimos que:
La significación de un texto estará asignada por el lector en un proceso de
interpretación donde influye el contexto con todos los elementos que el mismo implica
Si la persona adquiere las competencias para ahondar en el texto, tiene un camino abierto hacia su evolución mental e intelectual; puede opinar con fundamento porque ese es el punto esencial en que el libro adquiere poder.
En relación con la apropiación del poder, Roger Chartier investiga la historia del texto impreso y las prácticas culturales que caracterizan a las distintas sociedades de otras épocas. [2] Expresa que la capacidad de escribir encerraba algunos peligros, ya que estaba asociado al intercambio, a la posibilidad “de escapar del orden patriarcal, matriarcal o familiar”. Y por el contrario, saber leer implicaba otras cuestiones que no tienen que ver con la libertad sino con el control: “el texto transmite en su disciplina un orden, una forma de coacción”.
Apoyándose en Foucault, el autor dice que se puede ver en la escritura de los Estados construidos durante la Edad Media, de qué manera “controlan, vigilan, castigan”.
De esto surge que la lectura puede abrir un campo que, visto desde una perspectiva actual, ofrece al lector la apropiación del poder del conocimiento.
Hace un análisis que le permite observar la reacción del lector frente al texto. De ahí la pluralidad del lenguaje y la multiplicidad de razonamientos e interpretaciones. Él afirma que un libro adquiere existencia cuando el lector lo resignifica cada vez que lo vuelve a leer.
Hay elementos que son esenciales para llegar a leer y escribir y comprender. Uno de ellos es la necesidad de observar. Pero es fundamental que los lectores estén interesados con lo que van a hacer. Para eso lo mejor es tomar contacto con la realidad, con el lugar donde viven. Aprender a ver, a oír, a observar, a poner en práctica todos los sentidos.
Una de las cosas que, por ejemplo, la escuela muchas veces olvida y que es la base de la investigación, es la observación. La misma se puede dar a partir de actividades lúdicas. Sí, jugar a mirar y a ver todo lo que nos rodea. Observar el lugar donde estamos, descubrir aquello de lo que no nos dimos cuenta. Todo depende de las consignas que se elaboren.
El hábitat nos dará la idea de qué queremos observar. Además, leer los afiches, los carteles, los grafitis. O bien contemplar el río, observar una colina, los rayos del sol. Anotar todo lo que nos llame la atención. En este punto ya estamos entrando en las estrategias de escritura, que es posterior a la lectura.
He aquí que todas las ciencias y las artes se ponen en movimiento. Es hora de integrar los saberes, de dejar de separar cada área y guardar cada una en su respectiva caja. Porque el hombre es un ser integral y necesita relacionar para aprender a comprender la realidad. No olvidemos que leer no es solamente comprender en profundidad el texto. Va más allá, pues un texto es él y sus circunstancias. Es el emisor, su intención, su ideología, la historia y el tiempo que le toca vivir, la política, la economía y su relación con la geografía de cada lugar. Y el receptor a quien va destinado ese texto.
En resumen, debe manejarse una conceptualización amplia de la categoría texto, que implica la articulación de dominios parciales de una totalidad: un discurso de significación del que emergen los aspectos esenciales de su contenido; una práctica social enunciativa de las condiciones sociales de producción; un explicitación ideológico, que pone de manifiesto la relación entre el discurso y las ideologías vigentes.
Zulma Prina*
*Mgtr. Zulma Prina: Profesora en Letras, UBA. Mgtr. en Análisis del discurso. UBA. Mgtr. en Literatura para niños yjóvenes. UNR. Escritora. Investigadora. Miembro de Honor y de Número de la Academia argentina de LIJ. Tiene 27 libros publicados de poesía, narrativa y ensayo. Colabora en revistas especializadas en literatura del país y de España.
[1] FERREIRO, Emilia y TEBEROSKY, Ana; Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño, México, Siglo XXI, 1988 9º edición, Cap. IV, VIII
[2] CHARTIER, Roger et al; Cultura escrita, literatura e historia Coacciones transgredidas y libertades restringidas Conversaciones de Roger Chartier con Carlos Aguirre Anaya, Jesús Anaya Rosique, Daniel Goldin y Antonio Saborit – Edición de Alberto Cue ;México D.F. Fondo de Cultura Económica, 1999