La Llave de la Caverna
Poetas de “Poesía Buenos Aires”
Pensando viajás
yo tengo un viaje en las espaldas infinitas
en el corazón de las sombras
me llamaba otro nombre
otro cielo en otro viaje en otro interminable día
qué lejos palabra los gritos de las tierras que inclino
y estos sueños de espuma
qué cerca está el futuro entre las duras cejas
en los caminos el silencio se me va en panales
sola queda una ventana
sola y durando en la niebla
con sus duras alcobas de estremecimientos
ya hay voces vegetales lamiendo el horizonte
Jorge Enrique Móbili (1927-1992)
Ars Poética (de “Fotografías”)
Il m’a fallu tout réapprendre
Paul FORT
¿Quiénes están aquí ? Son los himnos de ayer y de hoy, que ascienden girando. ¿Adónde van los himnos? Los himnos estallan a miles de metros de altura.
Es el que explora en el gran sueño ecuatorial, allí donde el tam.tam- lana su polen a la noche.
¿Qué cosas busca, que de tal manera vive? Los meridianos silvestres, y está conforme.
Es la ventana de mi cuarto, también aquí, con sus alas abiertas.
¿Qué es una ventana? Algo para el atardecer. ¿Y el atardecer? ¿Un estuario? Una antigua fórmula
de calor y de luz.
Son las bocinas, a lo lejos, y en verdad, las bocinas son bandadas en el atardecer; y en la alta
noche están en las avenidas desiertas como una caricia está entre una mano y un cuerpo; y en la lluvia, como la luz que tiembla en la profundidad del asfalto, iluminan fugazmente las
habitaciones y nuestra soledad.
¿Quiénes están aquí? Por ejemplo, los errores de la juventud y de la vejez. ¿Qué es un error? El alimento de los sueños por venir.
He debido, por fin aprender todo nuevamente.
Nicolás Espiro
Transformaciones
Desde niño sufrí
la tiranía de los otros.
Fui dócil, aprendí,
y como un mono o un bufón
entretuve a los nobles
con mis prodigios en el piano.
Compuse con talento
según el gusto de mi época
y fui aplaudido. Pero
cierta vez un acorde
me trastornó con su misterio:
supe que el alma es infinita,
que la orfandad es infinita
y me interné por los caminos
que las arduas tinieblas
abrían ante mí.
Los míos no entendieron.
Me encontraron oscuro,
rebelde, sospechoso.
Mi padre se alarmó.
Mi mujer se ofendió.
Los archiduques me olvidaron.
Pero yo seguí solo
y me di la razón.
Fui venturoso, fui desventurado.
Canté mis melodías con los ángeles
y con los comediantes de la lengua.
Después, una mañana
frígida de diciembre
me morí. Y ahora soy
la música de Mozart.
Raúl Gustavo Aguirre (1927-1983)
Me doy cuenta
ahora que viví entre dos labios
ahora me doy cuenta que no es nada
que no es nada cantar cuando se han ido
que no es nada tanto ambiguo color tanta pereza
pisar mi ambigüedad mi gallo insomne
equivocar mi bandera y mi osamenta
ahora que viví oculto abajo
ahora me doy cuenta que no es nada
mirar hacia el fondo si ha quedado
la muerte al fin trajeada de ambrosía
ahora que viajé de noche solo
y subí de un salto a la colina
ahora me doy cuenta que no es nada
pensar que mañana o que pasado
me doy cuenta claramente que no es nada
que no es nada el desamparo y la volanta
que no es nada no haber visto
haber quedado en tanto imaginar y no haber sido
ahora me doy cuenta que no es nada
ahora que miré a mi hermano cara a cara
y le vi el perdón y la pobreza
me doy cuenta claramente que su avío
que su modal su lucha se despegue
anuncian por estanques y por cuartos y burbujas
la prenda venidera el duro filamento de ser hombre.
Edgar Bayley (1919-1990)
Hiroshima Mon Amour
una mujer desciende envuelta en desesperado orgullo del aire de su
/casa
como hija de la lástima feroz de la furia pequeña provincial
el mundo contento arde quieto a su alrededor
canta en el interior de esa mujer el mundo como una boca de fuego
un hombre lejano la contempla con ojos de desesperado amor
ese hombre es otros hombres es el mismo amor cantando para
/sobrevivir
el mundo contento arde veloz a su alrededor
canta en el interior de ese hombre el mundo como una boca de
/fuego
cuando la palabra amor no tenga necesidad de ser pronunciada
amor en todos los cuerpos desesperados ardiendo tranquilos
el mundo contento como una boca de fuego
una mujer y un hombre lentamente a su alrededor
Rodolfo Alonso (1934-2021)