América y la búsqueda de un lenguaje propio
Por PATRICIA FAYT
Es cierto que observando la actividad artística de América, a lo largo de varios siglos, no se puede hablar de una identidad cultural. Salta a la vista que no hay procesos creativos propios, ya que siempre está presente la influencia de los movimientos artísticos que fueron naciendo en distintos países de Europa. Esta influencia europea, este contacto con Europa no hubiera sido negativo, en cuanto a pérdida de auto identidad americana, .si hubiera surgido a partir de estos nuevos aportes, un lenguaje regional americano que enriqueciera al artista apoyándose en su tradición y en las influencias geográficas.
Dentro de América, países como Colombia y México, muestran en el arte la búsqueda de un lenguaje nacional que se hace a través de la captación de la esencia de su pueblo, de sus costumbres, de su flora y desarrollando el ambiente indígena (que aún se hallaba en las selvas) y el campesino. Lo que no quiere decir que en nuestro siglo hayan surgido en estos dos países importantes creadores o nuevas tendencias, ya que se buscó en Europa lo que el propio medio no podía brindar. Buscaron en Francia, en España, en las experiencias de la escuela alemana de la Bauhaus y en las vanguardias de Estados Unidos.
Chile, en cambio, encontró siempre en Europa su mayor fuerza inspiradora, sobre todo en el cubismo francés. Aunque a comienzos de nuestro siglo, por factores sociales, y quizás influidos por lo que ocurría en México con un grupo de talentosos muralistas, inicia un proceso de revalorización de lo americano.
En el resto de los países americanos, el problema es similar, la mira es Europa y poca es la búsqueda en las propias entrañas.
Tal, es hoy la realidad de América, con algunos intentos en su historia de llegar a un lenguaje propio, que nos hablan de la necesidad que tiene América de encontrarse a sí misma, de ser ella misma porque un territorio sin un pasado cultural fuerte, es débil.