Fernando Pessoa: “Ese desconocido de sí mismo”
Por HÉCTOR FREIRE
Traducciones: REINALDO PO
“Dios no tiene Unidad. ¿Cómo la tendré yo?”
Desde su muerte, el 30 de noviembre de 1935, cada vez ha sido más celebrado su cumpleaños. Murió prácticamente inédito y desconocido, incluso en su patria. Pero hay, a más de 6 años del centenario de su nacimiento, su poesía llega mucho más allá de las fronteras de la lengua portuguesa.
Fernando Pessoa, como diría Octavio Paz en su libro “Cuadriv’io”, fue, un ser insignificante, y nada en su vida llamó la atención, salvo sus poemas. “Su secreto, por lo demás, está escrito en su nombre: Pessoa quiere decir persona en portugués y viene de persona, más cara de los actores romanos, personaje de ficción, ninguno: Pessoa”.
Sin embargo esta “miniatura” de Pessoa, supo almacenar grandeza. Y esta es vasta a su modo. Como quedó expresado en los primeros versos de su máximo poema, Tabaquería: “No soy nada / Nunca seré nada. / No puedo querer nada. /Aparte de eso, tengo en mí / todos los sueños del mundo.”
Es imprescindible pues, incluir el nombre de Fernando Pessoa en la lista de los grandes artistas del siglo: Stravinsky, Picasso, Joyce, Eliot, Le Corbusier, Vallejo.
En sus “Ensayos de Poética”, Roman Jacobson incluye a Pessoa entre los grandes poetas de la estructuración, y comenta: “la obra del poeta portugués es un arte ‘esencialmente dramático’ cuya complejidad se halla sometida a una estructuración integral. Y las pretendidas incoherencias y contradicciones en los escritos de Pessoa reflejan en realidad ‘el diálogo interno’ del autor, que éste trata incluso de transformaren una complementariedad de los tres poetas imaginarios (heterónimos): Roberto Caeiro y sus discípulos Ricardo Reis y Alvaro de Campos, que transforman a Pessoa en un verdadero ‘desconocido de sí mismo”. Incluso el tema de la enajenación y de la búsqueda, es algo más que un tema: es la esencia de su obra. Durante su vida y alo largo de toda su producción poética, Pessoa se buscará y tratará dramáticamente de inventarse. Una labor que desarrolló con intensidad, especialmente en sus últimos seis años en los que escribió muchas páginas del Libro del Desasosiego, de su Fausto, y de Mensagem. Durante este período escribió también muchos poemas, tanto atribuidos a los heterónimos de su Drama en gente como poesías ortónimas, a las que pertenecen las divulgadas en esta oportunidad. Estos poemas ortónimos han sido agrupados por Angel Crespo en el libro “Noventa poemas últimos (1930-1935)”, publicado en Madrid, y que aún permanecen inéditos en nuestro país. Todos estos textos son una síntesis de la tradición poética portuguesa contemporánea. A los temas ya clásicos del desasosiego, del tedio, de la creación de los heterónimos, vienen a unirse el del rompimiento con Ofelia Queirós, y el del presentimiento de la muerte.
En opinión del estudioso y poeta David Monrao Ferreira, “tales documentos poéticos”, constituyen un manantial imprescindible para la exégesis de la poesía de Fernando Pessoa.
EL río que pasa dura
En las ondas al pasar,
Y cada onda figura
El instante de un lugar.
Puede ser que el río siga,
Mas la onda que pasó
…………………………….
Es otra cuando prosigue.
No continúa: duró.
¿Cuál es el ser que persiste
Bajo estas formas de estar?
¿La onda que ya no existe,
O el río que es un pasar?
…………………………….
BASTA pensar al sentir
Para sentir al pensar.
Mi espíritu es quien hace reír
A mi espíritu al llorar.
Luego de parar y andar,
Luego de quedarse e ir,
Voy ser quien va a llegar
Por ser quien quiere partir.
Existir es no conseguir.
…………………………….
MAS triste que lo que sucede
Es lo que nunca sucedió.
Mi corazón ¿quién lo entristece?
¿Quién me lo brindó?
La nube trae lo que oscurece
Al campo que el cielo iluminó.
¿Memorias? Ninguna aparece.
La Vida es cuanto se perdió
¡Y existe gente que nunca enloquece!
¡Ay de lo que yo llamo yo!
…………………………….
CUASI anónima sonríes
Y el sol dora tu cabello.
¿Por qué para ser feliz
Hace falta ignorarlo?
…………………………….
MORIR es doblar la curva
Del sendero, sin ser visto.
Oigo, si escucho, a tu paso
Existir como existo yo.
La tierra está hecha de cielo,
La mentira no tiene nido.
Jamás se perdió nadie.
Todo es verdad y camino.