Esteban Mellino
“El envejecimiento se produce únicamente cuando uno traiciona sus propios ideales”
Por Noemí Cáceres
G.A.: Tus comienzos tienen que ver con la música, con ALMA Y VIDA.
E.M.: En realidad primero fui actor, después productor y posteriormente autor, compositor y músico.
Comencé a estudiar por un ataque de celos con una novia que tenía que estudiaba teatro. Un día me comentó que hacían reconocimiento corporal y yo sin saber nada de actuación fui a anotarme por las dudas y me gustó tanto y me enamoré tanto del teatro que me quedé.
Entonces sí, después empecé a hacer música -mientras estudiaba teatro- fui músico de varios solistas, de varios conjuntos hasta que llegó ALMA Y VIDA.
G.A.: Te enamoraste tanto del teatro que te quedaste…
E.M.: Sí. El teatro es un poco la madre de todas las artes, está presente la música, la pintura -por la escenografía- la poesía. Yo había publicado varios libros de poesía -tengo once- y de alguna forma encontré en el teatro la posibilidad de expresar toda esta cosa ecléctica que traía.
G.A.: ¿Por qué te decidís por la docencia y por la dirección?
E.M.: La docencia me copa porque aprendo mucho, es decir, a través de Stanislavski y Strasberg empiezo a creer en una nueva forma de teatro. Me vuelco en Grotowski, que es un poco el teatro de laboratorio, de la experimentación y empiezo a analizar el teatro con lupa, para poder enseñarlo con una teoría propia. Me apasiona la docencia, para chicos, adolescentes y adultos ya que los tres sectores te enseñan cosas diferentes y vas analizando y formateando una teoría nueva.
En cuanto a la dirección, creo que fue por la necesidad de introducirme en el quehacer del individuo. Victorio Gassmann, una vez que estuvo en Buenos Aires me dijo algo fantástico: “Somos seres humanos que transmitimos sucesos humanos a otros seres humanos”. La dirección un poco está basa mentada en la indagatoria de la persona, en la crisis humana, en el drama. A partir de esto es que uno puede dirigir una actuación teatral, porque como nuestra teoría pasa por el pensamiento, la imagen, la emoción y la acción, buscamos la intencionalidad de cada parlamento, de cada suceso, de cada conflicto en la vida misma. Esto siempre me fascinó.
G.A.: ¿Cuáles son los autores que más te atraen?
E.M.: Bueno… tengo una especie de idilio con Shakespeare, con Ibsen, con Chejov. Me gustan algunas cosas del teatro del absurdo, de hecho lo hago yo actualmente. Respecto a los autores nacionales estoy ligado a la línea de Viale, Cossa, Dragún, Ferreti… por ahí estoy siendo injusto con algún autor que ahora no recuerdo.
Estoy comprometido con un teatro testimonial, que dé testimonio de la vida que estamos viviendo, de las presiones que estamos sufriendo y de una cultura que incluya todos los factores, de lo individual a lo colectivo del ser humano.
G.A.: ¿Cómo ves el plano cultural en nuestro país?
E.M.: Voy a hablar de cultura, no de política. Yo tengo el auspicio de todos, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, de la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires, de la Secretaría de la Juventud del Ministerio del Interior, pero creo que ninguno está haciendo demasiado. Creo en una forma más dinámica de generar cultura, no debe ser una política de carteles solamente, sino también de aperturas de bocas de trabajo.
De hecho, hay dos ciclos que estamos haciendo, uno que es “LLEGO EL TEATRO A SU BARRIO”, que está conformado por 18 elencos de teatro argentino que van dando vueltas por Capital Federal y Gran Buenos Aires con nuestros alumnos, mostrando teatro argentino con una entrada a tres pesos.
G.A.: También estás dirigiendo en “EL VITRAL”
E.M.: En “El Vitral” estoy haciendo “Ángeles” con seis elencos. Es una comedia musical que tiene que ver con el teatro del absurdo.
Creo en esto, en una cultura más dinámica, más popular que no tiene nada que ver con lo populachero, porque mucha gente cree que hacer cultura popular es hacer una cosa muy ligera, en la cual la gente no tenga nada para pensar, pero no es así.
G.A.: ¿Qué otras cosas deben cambiar?
E.M.: Deben cambiar la mentalidad algunas instituciones: Argentores, la Asociación Argentina de Actores -en cuya gestión actual creo- la Asociación de Productores de Teatro, los canales de televisión que anuncian “a todos aquellos que quieran trabajar en tal programa”, lo cual me parece un absurdo, sería lo mismo que si un hospital convocara a médicos con o sin título para trabajar en la institución.
G.A.: ¿De qué modo los cambios socioculturales influyen en la concepción de determinadas cosas? ¿Cómo relacionas la postura under de los ’60 en relación a la de los ’90?
E.M.: Creo que el envejecimiento se produce únicamente cuando uno traiciona sus propios ideales, sus propios principios, por la comodidad, por el consumo, por lo que fuera. Inclusive creo que no es tan contradictoria la versión entre el ser medianamente consumista con tener ideales y luchar por esos ideales, creo que no existe un choque tan violento.
Puedo decir que todos los cambios socio-políticos por los que atravesó este país influyeron lamentablemente en mi producción literaria y artística. Creo que hoy estamos tocando fondo y esto es bueno, porque más abajo no vamos a ir, tenemos en algún momento que salir a la superficie.
G.A.: ¿Esta casa (el lugar donde se realizó la entrevista) la utilizas como escuela o también como teatro?
E.M.: En la planta baja tenemos la oficina de producción. Esta sala la utilizamos para dar clases y también como teatro y café concert y en la planta alta producimos televisión y radio.
Así como tenemos un sector de producción y de representación del alumno para buscarle salida laboral en los canales y en las agencias, también tenemos un sector de cuidado del alumno, a través del cual le brindamos al alumno que ingresa cobertura medico-odontológica y otros servicios para que se sienta cuidado. Lo que sí le pedimos al alumno es un trabajo de humildad.
G.A.: ¿Quisieras agregar algo más?
E.M.: Sí. A cualquier persona que venga a nuestra escuela de parte de la revista GENERACION ABIERTA nosotros le vamos a dar media beca, es decir le vamos a eliminar la inscripción a nuestro curso y le vamos a dar media beca de estudio, porque si leen la revista de ustedes es porque le interesa el teatro de alma y porque fundamentalmente le interesa la cultura.
Los tiempos de alma y vida
“…Con mis hermanos trabajamos durante diez años con ALMA Y VIDA. Fueron años muy buenos y que coincidieron con el mejor momento del rock nacional, con el momento de mayor creatividad.
Fuimos la primera banda de jazz-rock en donde incorporamos los elementos de viento al rock.
En aquella época se vivía un momento muy importante en cuanto a las letras de los temas, porque lo que era “música progresiva” en aquel entonces intentaba una búsqueda de generar música nacional, de generar rock nacional.
Después no sé, posiblemente por la prostitución que se vivió en la época del proceso y luego con la guerra de Malvinas, se les coartó un poco la posibilidad de creatividad a los chicos.
Fueron tiempos muy duros, nosotros pasamos la primera parte del proceso con persecuciones y prohibiciones de los temas…”