Ricardo Tapia: Otro Toque de Blues
Nota y Fotografía: DANIEL GRAD
Ricardo Tapia es cantante y está contento por serlo. “La Mississippi” (la banda que integra Tapia) salió a fines de mayo de este año a presentar en “La Trastienda” su quinto disco titulado “Palacio de Pulgas” (que es, a su vez el primero que editan de forma independiente) al mismo momento en que el grupo está cumpliendo diez años de vida. Para compartir con él y con sus compañeros los festejos, esta nota, que Ricardo Tapia arranca con un saludo que dice: “seamos felices, que es lo único que nos queda”.
G.A.: ¿Qué hay de nuevo en Ricardo Tapia?.
R.T.: Tengo un nuevo hijo, me mudé y estoy contento por un disco independiente como este. Es un trabajo muy interesante y doblemente feliz por ser independiente.
G.A.: ¿Qué hay de nuevo en este nuevo hijo?.
R.T.: Es un disco que tiene diez temas (bastante simples a mi criterio) que son básicamente de blues. Se pueden tocar de una manera simple o de una manera complicada. Las podés tocar tanto con una guitarra como con una banda. La idea era hacer diez canciones que estuvieran claras en su criterio, en su concepto y que no se extendieran en solos ni nada fuera de lo común.
G.A.: ¿Qué hay de nuevo sobre “La Mississippi”?.
R.T.: Muchas cosas, porque tenemos “tela” para cortar para rato y la creatividad floreciendo y, además, vamos conociendo -musicalmente- aspectos nuevos de cada uno.
G.A.: Algunas veces aparece la pregunta ¿Qué es lo que pasa con el artista? o si a veces el artista siente que no tiene nada más que decir. Vos ¿cómo lo vivís?.
RT.: Nunca pasa eso. El artista siempre tiene que decir. Cuando hay una hoja en blanco siempre hay que escribir y las notas musicales están esperando que hagas algo. Nunca hay nada que decir. Hay nada que decir cuando estás tapado y no podés decir nada porque hay otro algo que te agobia.
G.A.: Más sobre “Palacio de Pulgas”.
R.T.: La frase “Palacio de Pulgas” es muy descriptiva para mí de lo que es la realidad social de nuestro país. Contrasta porque se trata de un palacio que realmente te lo han vendido vacío y está habitado por pulgas: muy lindo por fuera pero por dentro tiene muchas carencias.
G.A.: Entonces ¿Cómo es el “Palacio de Pulgas” de ustedes?
R.T.: Es un palacio que creo que lo que más tiene es creatividad y elementos como la tapa con juguetes y elementos de nuestra infancia y el sonido de toda la música que mamamos por muchos años.
G.A.: Hablabas recién sobre el país. ¿Cómo ves la historia ahora?
R.T.: Es muy difícil de resumirla ahora, pero me parece que es como bien dice Charly (García) “quien sabe Alicia este país no estuvo hecho porque sí”. Tiene una razón de ser lo que hay acá y hay que buscar la razón de ser de los puntos negros y oscuros para poder entenderlos y deshacerlos, desarmarlos. Yo creo que nuestro país tiene demasiados puntos oscuros -tanto en la estructura como en la gente- y aparecen cuando la historia se pone fea. Me parece que de eso es de lo que hay que darse cuenta.
G.A.: Hablás de lo oscuro y ¿cómo ves lo que se está viviendo y lo que se viene?
R.T.: Es muy difícil de decir. Yo no soy predicador sobre el país y la política. Primero porque me gusta la política, entonces no deliro hablando de aquello que me costaría hablar en este momento, pero si creo que los tiempos están cambiando.
G.A.: ¿Cómo es ese cambio?
R.T.: Habría que verlo. Me parece que es intenso. La juventud está determinando muchas situaciones así que hay que seguirla.
G.A.: ¿”La Mississippi dando vueltas por lo que es (entre comillas) el interior?.
R.T.: Sí. Dando vueltas por el país. Nosotros lo llamamos así porque generalmente ahí es cuando ves la gente más caliente, con más ganas de escuchar. Pagan la entrada con lo que tienen, con lo que pueden y se da que una gran cantidad de público entra gratis porque deseamos que nos acompañen en nuestro show.
G.A.: Ahora de nuevo: ¿cómo es ese país?
R.T.: El país tiene una gran desigualdad económica que persiste, hay una gran igualdad con respecto al corazón de las personas. En el campo popular mantienen los bienes y valores que nos hicieron ser buena gente, pero que son complicados de mantener cuando hay hambre.
G.A.: En lo artístico ¿cómo ves lo que no es esta capital?
R.T.: Son muy creativos. Por lo general, hay muchas más ganas de hacer que en Buenos Aires (donde todo está servido). Hacen lo imposible para poder mostrar su arte en cada
uno de los campos : folklore, rock, música clásica, lo que sea. Ponen empeño para poder mostrar lo suyo, pero ya no creen que venir a Buenos Aires sea la solución.
G.A.: Eso es lo que creen fuera de Buenos Aires. ¿Qué es lo que cree Ricardo Tapia?.
R.T.: Creo exactamente lo mismo: que no es la solución venir a los centros de poder sino mostrar tu arte donde sea. Las propuestas, cuando son buenas, prosperan.
G.A.: Repetimos una pregunta: ¿el blues se presenta como la nueva canción de protesta?.
R.T.: Puede ser que tenga algo de protesta, pero lo más importante es que utilizamos nuestro conocimiento respecto de la música que tocamos como para decir lo que queremos. Es simple pero es así.
G.A.: ¿Cómo ves la canción que está pasando hoy por hoy en Argentina?.
R.T.: Me parece que hay variedad: buenos exponentes, medianos exponentes y quienes no tocan música, quienes hacen gestos y nada más, que van a la televisión a hacer gestos.
G.A.: Alguna vez se cuestiona que vengan músicos de afuera y que le saquen lugar a los músicos de acá. ¿Cómo lo vivís?.
R.T.: Lo de los músicos de “adentro” o de “afuera” me preocupa muy poco mientras que tengan corazón que sean propuestas hechas con corazón y que se note que realmente están hechos así y que le importa al artista lo que hace. Hay muchos artistas que tratan de embellecer cierto tipo de canción “marketinera” pero me parece que nos ponen a la fuerza en un mercado con el que nosotros tenemos una sensibilidad un poco diferente. Creo que nosotros somos argentinos (y no reniego de lo latino -con lo percusivo-). Creo que tenemos que ver con la identidad porteña y argentina que es muy fuerte. No hay que dejarse llevar solamente por la identidad latina.
G.A.: ¿Cómo es lo de ser una voz dentro del blues?
R.T.: Es lindo porque sos el que decís. Estoy adelante y puedo comunicarme desde una manera que no es lejana. Estoy al lado. Me permite contar. Bob Dylan decía que un tema sirve cuando se para el instante, cuando podes escuchar la música y el tiempo desaparece. Es lo mejor que podes hacer: parar el tiempo, parar la locura para quienes estén ahí disfrutando de ese momento -que a veces es eterno-. No cambio mi instrumento por nada. Es la manera de dejar ideas o sentimientos en el corazón. Va mas allá de cantar algo que sólo llene la oreja.
G.A.: Arriba de un escenario, delante del público ¿alguna vez sentiste parar el tiempo?.
R.T.: Sí. Muchas veces se logra una inhalación en que estás en el aire y los demás también. Estamos en la sala, en ese momento, transitando por idéntico lugar.
G.A.: Lo de pasar a ser independiente ¿por qué? y ¿qué se siente?.
R.T.: Pasamos a ser independientes porque creímos que era importante serlo y porque era importante tener ese crecimiento. Era importante poder manejar nosotros el negocio.
G.A.: ¿El negocio?
R.T.: Sí. Es bueno tener a la música como un arte, como un placer y que también pueda ser un negocio. El negocio no es una mala palabra. Muchas personas nos hicieron creer durante muchos años que era una mala palabra y, en realidad, el negocio era para ellos.
Ricardo Tapia Plus
G.A.: ¿Tenés algo que hace mucho que no decís?
R.T: No. Por lo general lo digo todo, siempre. Digo que soy inocente. Hace mucho que no lo digo.
G.A.: “Soy inocente”… ¿cómo ves la situación del país donde se mezclan inocentes y culpables?
R.T: La música -y el arte en general- es un espacio tan especial para poder hacer lo que en general no se puede vivir y no se puede realizar usualmente en la vida diaria. Tanto para el que la genera como para el que la disfruta. Es un lugar muy especial. Es lo último que debería estar invadido por los desastres. Pero a la vez, el arte es el unico medio que puede describir todo lo que vivimos y la gente puede sentarse a escuchar, ver o sentir. Tanto en el teatro como en la música u otras disciplinas. Nuestro arte es una bandera de nuestros días. Probablemente antes era un divertimento.
G.A.: ¿Uno puede abstraerse de lo que pasa?.
R.T.: Yo no creo que uno pueda abstraerse. Te abstrass cuando dormís. Yo lo intenté con la meditación y estaba en el mismo lugar. Te podes abstraer por ciertos momentos, pero la vida es no distraerte. Esa es la raíz de la vida. Cuando hay distracción no hay vida. Tenés que estar siempre alerta, siempre mirando lo que hay, no te podes abstraer tanto.
G.A.: Para cerrar la nota: una poesía y un texto que se te cruce ahora.
R.T.: César Vallejo. El poema dice: “Todos mis huesos son ajenos/ yo tal vez los doy./ Yo vine a darme lo que estuvo asignado para otro/ y si no estuviera aquí/ otro pobre tomaría este café./ Yo soy un mal ladrón/ adonde iré.”