CESAR VALLEJO
Algunas breves notas sobre su libro “TRILCE”
Por Amadeo Gravino
Voy a iniciar estos apuntes sobre el libro Trilce de César Vallejo con algunas opiniones que, a manera de tesis, me impulsaron en un principio a intentar profundizar en su contenido:
– Para mi querido amigo y maestro Alberto Luis Ponzo, la obra en verso de Vallejo elaborada bajo el resplandor modernista en un principio, luego se desentiende de todo tipo de retórica y rompe con su modelo formal para convertirse “tal vez en la mayor expresión renovadora de la poesía contemporánea.”
– Para González Poggi, en Trilce “los problemas expresivos llegan a un grado de tensión que extrema las posibilidades comunicativas del verso y la palabra.”
– Para Anderson Imbert, Trilce “es un estallido que hace volar en pedazos las tradiciones literarias.”
– Por su parte, dice con mucho acierto y con toda autoridad el reconocido crítico Julio Ortega que “la hermenéutica vallejiana no tiene fin”, y agrega que “Vallejo es su poesía y la crítica sobre ella, ese ejercicio permanente y siempre tentativo de su lectura”.
– Ha dicho a su vez Xavier Abril, amigo y también destacado estudioso de la obra de Vallejo: “la poesía de Trilce nos permite acceder a un rico laberinto” y agrega que: “más que claves el lector debe buscar en Trilce un hilo conductor que lo lleve hacia la riqueza del libro”.
Yo, personalmente, estimo también que cada nueva lectura del libro Trilce del gran poeta peruano resulta una rica aventura incomparable, un intento más de aproximación a su rico universo, sin que podamos afirmar que por ello hayamos logrado llegar a profundizar totalmente en él y menos dominarlo plenamente: por eso puntualizo a continuación, algunas modestas reflexiones que me nacieron al encarar no hace mucho una nueva lectura del gran texto de Vallejo.
1.-) Según me parece, ya el primer libro de poemas de Vallejo (Los Heraldos Negros, de 1919) nos anuncia en algunos aspectos (la sensibilidad y la emoción, por ejemplo) la manera que tomará Trilce (de 1922), pero otros aspectos de la segunda obra son totalmente nuevos dentro de la poética del peruano: entre otras cosas, destaquemos para demostrarlo, el sentido metafísico del lenguaje y el dominio pleno de las metáforas del espacio y el tiempo que advertimos en los poemas que lo integran.
2.-) Trilce, para mí uno de los grandes libros de todos los tiempos, es una obra marcadamente hermética y lo que menos parecería importar hoy en ella, tal vez sea su grafía -tan analizada y considerada por algunos especialistas en un primer momento-, la que la vincula de alguna forma con la poesía vanguardista de principios del siglo XX (futurismo, dadaísmo), acusada después por el mismo Vallejo en sus escritos críticos como “carente de contenido humano”.
3.-) Yo siento que en Trilce la pasión de César Vallejo coincide con su plena madurez expresiva, por lo que el poeta logra en toda la obra que nos ocupa un permanente tono elevado y consigue también que su palabra gane en flexibilidad y hondura respecto a su libro anterior, sin dejar de valorizar nunca el sentimiento del hombre y su libertad. También se nota aquí que la arquitectura de todo el volumen es más rica en lo formal y más grave en cuanto a la profundidad de sus sentencias que en su primer libro. Por todo ello, me atrevo a manifestar que en los poemas de Trilce la idea del hombre alcanza ya su más descarnada formulación, la que permanecerá luego presente en la obra posterior del poeta. Al respecto, nos confirma también Américo Ferrari que: “ya en Trilce encontramos el acento personal de Vallejo; acento despojado y dramático, que le permite sugerir ambiguas y ricas realidades sin describirlas casi”.
4.-) A su vez, el tema erótico y la presencia de la mujer son asuntos que alcanzan en Trilce su máximo punto de presencia respecto a toda la restante obra poética.
Recordemos que allí escribió:
“Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día”.
(Trilce, XIII)
y también:
“Prístina y última de infundada
ventura, acaba de morir
con alma y todo, octubre habitación y encinta”.
(Trilce, X)
Se ha dicho reiteradamente y con acierto que ello se debe a las fogosas relaciones eróticas, sostenidas durante el tiempo de redacción de algunos poemas del libro, por el poeta (que rondaba entonces los 30 años) con Otilia Villanueva, la que apenas tenía 15 años y de la que, según sus amigos más íntimos: “es forzado a separarse al quedar ella embarazada del poeta y negarse él a casarse con ella”.
5.-) Asimismo, otro tema de mucho peso en Trilce es sin duda la muerte de la madre de Vallejo, ocurrida en el mes de agosto de 1918. Como en otros distintos pasajes del libro, él nos lo comunica en estos versos que paso a referenciar:
“He almorzado solo ahora, y no he tenido
madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua…”
(Trilce, XXVIII)
6.-) Una tercera experiencia determinante para el poeta a lo largo de los años de redacción de los poemas de Trilce, es la de la cárcel; a la que según Xavier Abril llegó “a raíz de una supuesta participación que absurdamente se achacó a Vallejo en ciertos disturbios ocurridos en Santiago de Chuco en 1920”.
Por ejemplo, veamos estos versos que siguen:
“Amorosa llavera de innumerables llaves,
si estuvieras aquí, si vieras hasta
qué hora son cuatro estas paredes”.
(Trilce, XVIII)
y también estos otros versos:
“Por entre los barrotes pone el punto
fiscal, inadvertido, izándose en la falangita
del meñique,
a la pista de lo que hablo,
lo que amo,
lo que sueño.
Quiere el corvino ya no haya adentros,
y cómo nos duele esto que quiere el cancerbero.”
(Trilce L)
7.-) Asimismo, resulta notorio –como manifesté ya antes- que la esencial profundidad metafísica de la poesía de César Vallejo (tan destacada por todos los especialista en su obra) parte de los poemas que integran Trilce, la obra más revolucionaria del peruano que es la que, a la vez, hace que toda su obra poética se diferencie rotundamente y de manera inequívoca de toda la poesía española e hispanoamericana.
8.-) Además, también considero que en Trilce nuestro poeta cumple ya con la misión espiritual que se impuso desde un principio de su quehacer, pues aquí se nos presenta como el autor de una tragedia verbal que viene a proponernos “que la tarea del lenguaje es empresa del ser”, como ha dicho con toda autoridad Américo Ferrari.
9.-) En otro orden de cosas, debemos convenir que Trilce, con su estilo por muchos momentos arcaizante, resulta un ejemplo muy particular dentro del amplio y variado panorama de la poesía renovadora de nuestra lengua, ya que la rebelión estética que el libro postula no está lejos de las preocupaciones que tienen que ver con el remozamiento de la tradición del castellano: pues muchas de las expresiones que se emplean, al igual que la grafía, corresponden al pasado del idioma, por lo que con inusitada fuerza los poemas nos transmiten a la vez los caracteres de nuestra lengua vital e histórica.
10.-) Para mí no cabe duda que en Trilce, César Vallejo nos entrega algunos de los poemas más innovadores de nuestra lengua, y resulta sumamente interesante destacar que el libro se publicó poco tiempo después que “Poesías” de Trakl (1919), en el mismo año que “Ulises” de Joyce y “Tierra Baldía” de Eliot (ambos de 1922), y unos años antes que los “Manifiestos” de Bretón, “El Proceso” y “El Castillo” de Kafka, todos ellos grandes libros que han tenido una influencia decisiva en el posterior desarrollo de la literatura y el pensamiento humano, al igual que Trilce.
11.-) Ahora quiero agregar que, técnicamente, los 77 poemas de Trilce ponen de manera convincente en escena ante el lector la crisis del sujeto dentro de su tiempo histórico inestable y también el intento de hallar una sintaxis y un lenguaje que ilustren debidamente lo correspondiente a esta crisis. Y cabe hacer notar que lo logran de manera rotunda porque los textos del libro nos transmiten la inestabilidad de la significación de manera natural, haciendo de cada palabra una verdadera encrucijada de sentido, con lo que consiguen subvertir el lenguaje ordinario, el uso gramatical corriente, a efectos de conformar un espacio en el que discursos dispares se entrechocan, pero integrándose. Tal vez por eso se ha dicho que, para la poesía moderna escrita en castellano o en cualquier otro idioma, Trilce tiene la misma importancia que la más audaz poesía de Mallarmé, ya que tempranamente concreta una plena renovación estilística, sólo comparable en nuestra lengua con algunos de los últimos poemas de Oliverio Girondo, escritos, ciertamente, muchos años después y, seguramente, bajo su influencia.
12.-) En lo más profundo siento que Trilce, al igual que otras grandes obras publicadas en su tiempo y de las que ya mencioné algunas, tiene como uno de sus temas principales “el absurdo”, lo que según Ferrari “no es de extrañar como sentimiento del poeta que nos referencia en sus textos la contradicción intolerable de la existencia: la lucha cotidiana entre el deseo y la imposibilidad de trascendencia.”
13.-) Para no abrumar al lector, quiero decir por último que, en varios poemas de Trilce creo percibir también la manifestación de una posición heroica de esperanza en lo ideal, la que al parecer se alcanzaría a través del dolor que prevalece en el ánimo del poeta; aunque también es posible que en este gran libro no se hable “más que de la parodia de lo heroico” (como ha dicho la crítica Jean Franco respecto de Trilce), ya que en la poesía posterior a Vallejo no abundan ya los poetas que asuman esa condición.
14.-) En síntesis, siento que a partir de los poemas que integran el libro Trilce, la palabra poética de César Vallejo se sitúa entre la tradición y la vanguardia, entre las costumbres convencionales de la sociedad de su tiempo y la ruptura de todo lo heredado.