ALEJANDRO MEDINA*

En el jardín de su casa de Morón, Generación Abierta conversó con Alejandro Medina, (intervenciones de Lolo). En el aire sonido de claxones, cantos de grillos y voces de pájaros.

GA: ¿Te informás de lo que pasa en el mundo musical?
AM: Soy un desinformado total, no escucho radio AM ni FM, no veo TV Abierta, no leo revistas de Rock, cada vez que quiero informarme veo esos programas de periodismo amarillo, pero poco. No sé bien que pasa con la música y no te hablo de tango o folklore. Escucho algunas cosas ¿Qué es lo que pasa con la música fusión? Están los que estudian mucho, están los que están tocando mucho, la música se esta revolucionando. Hasta existe una banda llamada “Miranda”, no los escuché pero vi unas fotos, unas caritas, son muy locos, no sé.

GA: Bueno pero te digo una cosa, el rock clásico ese que para mí tocás vos se sigue cultivando, existe una banda con la cual yo interactúo, “Dulce Viajera”, que va a dar que hablar, ese rock esta vivo.
AM: Sí, es muy loco, en cada barrio, cada dos manzanas, hay una banda. Por otro lado estaba el bailantero ese que se mató.

GA: ¿Rodrigo?
AM: Sí, le estaban dando una máquina, una publicidad bárbara y paralelamente los “Redondos” llenaban dos River sin publicidad.

GA: ¿Vos crees que los “Redondos” fueron la última gran banda de rock de la Argentina?
AM: ¿A qué llamás una gran banda?

GA: Algo que tenga varios condimentos: Una trayectoria larga, una mística, que haya marcado un camino. Manal, fue una gran banda, los Stones, vos mismo sos para mí una gran banda de rock.
AM: Y debe ser, la música de los “Redondos”, se pasa siempre por las radios. Sí, es una gran banda de rock, no sé si la mejor… Es bueno que hayan grandes bandas porque eso hace que existan otras.

GA: ¿En qué estás trabajando?
AM: Estoy haciendo material de fusión, bagualas, jazz, pero no jazz rock. Temas de jazz tocados por músicos de rock. “La baguala rock del gualicho”, ese tema lo compuse por el ’74 y lo grabó Donna Carrol con la orquesta de Jorge López Ruiz. Ahora lo encontré y lo estoy haciendo. Estoy terminando otro: “Las campanas de Don Bosco”. Pero siempre lo que hago, la base, los pilares son el rock, el blues, el afrojazz y las armonías sinfónicas, pueden ser, Mozart, Brahms, Chaikovski y otros pero todo no me gusta, no me pongas un minué. ¿Te imaginás una fusión de Jota y Minué?, je je je.
Qué bueno ese grabador, tenés el equipo del espía perfecto, grabador y máquina de fotos, ja ja ja.
¡Escuchá ese grillo!, escuchá la nota, después tengo la banda de los claxones, escuchá, eso es una tuba. El cielo me lo imagino como un pentagrama y las estrellas como notas, en el cielo limpio de una noche de campo. Componer es un asunto solitario, componés dentro de la mente y luego lo tenés que pasar. Bueno estamos aquí en esta apacible tarde con 22 grados.
(Se escucha el canto de los pájaros, una calandria, un zorzal)

GA: ¿Proyectos?…
AM: El proyecto es presentar “De qué sirve la vida”, es una producción de Alejandro Pont Lezica y su grabadora, contiene un track interactivo.
Lolo: el jueves 15 de septiembre estamos en The Road con varios invitados y en octubre, noviembre y diciembre vamos a estar en un boliche nuevo de la Av. Almirante Brown frente a Parque Lezama. El 5 de noviembre, es el cumpleaños de Ale y lo festejamos allí tocando.
AM: Mi música es simple pero difícil de tocar, está el ritmo, las líneas melódicas, el clima, atenuar, subir, bajar, lograr un estado de concentración que sólo se logra tocando, ensayando, esto te lo enseña la experiencia. El músico, el médico estudian, pero luego la experiencia es todo. Aprendés a manejar un idioma, ubicar estados de ánimo. Eso lo enseña el oficio.
Escuchá los pájaros, la calandria copia los cantos, yo le silbo un tema y lo repite, cuando se lo cambio se enoja. El grillo por ejemplo está en Sol. Un día vi los restos de un pájaro masticado y me enojé con mis perros. ¿Quién se comió a uno de mis músicos?…
El otro día iba con mi bicicleta y escuché las campanas de Don Bosco y me puse a componer el tema en la mente, le puse el dominante, tarareaba, y de pronto me encontré con la bici en la mano, me había olvidado de pedalear. Ahí nomás volví a la tierra. Aterricé. Estaba en otro mundo, el mundo de la música. Por ejemplo, pensá una melodía, ejemplo Yesterday, ubicála en la mente, ahora cantala.

GA: Yesterday…
AM: ¿ese era el tono?

GA: No.
AM: Ja ja, Viste.

GA: A ver un ping pong. ¿Pinchevsky?
AM: Un hermano, un tipo muy especial, con muchos años de oficio, con el cerebro atravesado por las notas que producía con su violín. Lo extraño siempre, fue el más grande difusor de mi música. Jorge, el comandante extragaláctico.

GA: ¿El Carpo?…
AM: Todavía no entra en mi conciencia que su sonido en vivo ya no esté más, que no pueda volver a tocar con él. Es una tristeza, lo extraño mucho.

GA: Yo te vi por primera vez con Pappo.
AM: Ah, Ahí apareciste. Aeroblues con Pappo y Castelo en batería nació en Brasil, en el ’76, época jodida. En los ’80, ’81 comencé como solista con “La Metropolitana” después de la reunión de Manal en Obras.
Compuse “De que sirve la vida” y “Einstein” en un boliche de Omar Chabán, ahí conocí a Luca Prodan, estaba solo y apareció Petinato y nació “Sumo”.
Tuve varias bandas, mi música es eso que nombraste, son parte de mis condimentos , el blues, el rithm and blues, el folklore, el funky, el soul, je je je. En el medio de todo eso estoy yo cambiando los silencios de lugar y sonando los sonidos, esa es mi profesión, a veces la luna se mete en ese árbol y el pintor pinta el infinito.
Bueno, que los pájaros sigan cantando a mi alrededor siempre, que nunca deje de escucharlos. Y a vos Ricardo, que la poesía te proteja siempre.

GA: Gracias.