LA CONSERVACION DE LA BIODIVERSIDAD
Por ANA MARÍA RUIZ (Desde Santa Cruz)
Creemos importante considerar la responsabilidad por el medio ambiente como una práctica en la que los individuos perciben determinados problemas que coartan el bienestar y a partir de allí puedan implicarse para mejorarlo.
Una conversación con el biólogo Carlos Albrieu(1) acerca de la importancia social de la conservación de la biodiveridad nos permiten reforzar las reflexiones que se exponen a continuación.
¿IMPLICACIÓN PIRAMIDAL?
Desde un paradigma burocrático de representaciones sociales basado en una pirámide, donde en la cúspide se encuentran los organismos públicos y abajo los ciudadanos, se suele responsabilizar a las políticas de desarrollo de cada país, de la problemática de la educación ambiental.
Hoy no parecieran existir brechas por las cuales las políticas para la conservación de la biodiversidad sean definidas sólo por los organismos gubernamentales. En tal sentido, numerosas entidades tienen un rol protagónico en el tratamiento de áreas protegidas, pero aún se insiste en “responsabilizar” al Estado y a los estados la definición de las políticas para la conservación de la biodiversidad, como bien lo expresa Carlos Albrieu: “nacen de nación las políticas, luego tienen que ver con el gobierno provincial, después municipal, y con la participación de la sociedad”.
También es cierto que la comunidad va desarrollando una conciencia ambiental, a través de la importante y significativa contribución de las áreas protegidas en la conservación de la biodiversidad. Esto despierta conciencias y contribuye a generar procesos de implicación que pasan desde la sensibilización hasta el compromiso con el ambiente. De todos modos nos surgen algunas preguntas: ¿tenemos acaso una proyección hacia las consecuentes acciones del progreso y avance de nuestras sociedades ?, ¿qué consecuencias juegan nuestras decisiones ?, ¿cómo enseñar a nuestros alumnos a practicar los “valores ecológicos” permitiéndonos desconocerlos?
Se trata de una realidad cambiante y por lo tanto de un tema altamente complejo en el que convergen distintas disciplinas y valores, “…en el estudio de la conservación están presente valores éticos. Uno no puede aceptar que otro ser humano vive en malas condiciones…”(C.A.).
En 1876 Engels(2) explicaba esta contradicción entre el desarrollo de la humanidad y su medio ambiente: “Lo único que pueden hacer los animales es utilizar la naturaleza exterior y modificarla por el mero hecho de su presencia en ella. El hombre, en cambio, modifica la naturaleza y la obliga así a servirle, la domina”. Con ello queremos expresar que los recursos naturales valen y su cuidado nos permite prever y evitar el impacto negativo que generan nuestros actos. Siguiendo a Engels(3) se plantea que: “… nuestro dominio sobre la naturaleza no se parece en nada al dominio de un conquistador sobre un pueblo conquistado, que no es el dominio de alguien situado fuera de la naturaleza, sino que nosotros, por nuestra carne, nuestra sangre y nuestro cerebro, pertenecemos a la naturaleza, nos encontramos en su seno, y todo nuestro dominio sobre ella consiste en que, a diferencia de los demás seres, somos capaces de conocer sus leyes y aplicarlas adecuadamente”.
LA ESCUELA Y LA CONSERVACIÓN.
Las problemáticas relacionadas con las demandas sociales siempre resultan complejas de abordar, así lo es la educación para el cuidado de la diversidad. La única alternativa practicada es su utilización como tema transversal. Aún resta el trabajo más fuerte: evaluar el impacto de nuestras enseñanzas en los niños en su vida cotidiana y más aún en el futuro devenir ambiental. Es decir, cómo mejora, contribuye a prevenir o a solucionar problemáticas de ésta índole.
Por ello, “la biodiversidad guarda relación con el derecho a la vida, cada especie se va relacionando con otros…, la necesidad de cada ser vivo en un ecosistema porque cada uno cumple un rol, son la base alimentaria de un ecosistema para armar luego las tramas alimentarias”.(C.A.).
Hay valores morales para desarrollar en la escuela a partir de esta temática que surgen de ideas básicas como señala Carlos Albrieu: “la naturaleza nos brinda servicios gratuitos: aire, suelo, paisaje…, cuando son alterados vamos perdiendo esos servicios. Debemos tender a la búsqueda de la equidad en la posibilidad de vida en el futuro […] estas problemáticas siempre afectan a las clases más bajas”.
CONCLUSIÓN
En el trabajo de educar para el medio ambiente, parecieran estar presentes o incidir de alguna manera las políticas de conservación de la biodiversidad, políticas que se vislumbran como respuesta a intereses transnacionales que sólo favorecen la pobreza y la miseria, así se definen responsabilidades y se ejecutan medidas que priorizan el capital, ¿y la educación?, nos preguntamos. Educar para ser responsables con nuestro medio es educar en valores, y este es un trabajo integral e integrado.
La sociedad civil y los ciudadanos “comunes” buscamos salir de los problemas del medio ambiente a través de políticas propias, a corto plazo, con criterios propios. Es entonces, en este sentido que la escuela busca consenso con estos criterios y los traduce generalmente en acciones de difusión de las problemáticas ambientales globales y locales. De este modo, a menudo nos integra como guías en los procesos de enseñanza y aprendizaje de contenidos éticos, ya que requerimos de una mejor calidad de vida, sobre todo en esta compleja era que nos toca vivir.
(1) Es Magister en manejo de vida silvestre y se desempeña como profesor en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, con sede en la ciudad de Río Gallegos. Es coautor de:
– Aves de la Laguna de los Patos. Pico Truncado (Santa Cruz). Ediciones de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Río Gallegos, Diciembre de 2003.
– Reptiles del centro de Santa Cruz . Laguna de los Patos, Pico Truncado . Ediciones de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Río Gallegos, Mayo de 2005.
(2) Según referencia de Jorge E. Robledo Castillo en Docencia , revista de Educación y Cultura, Lima, Nov. de 2004, p.65.
(3) Ibid.