Beatriz Di Benedetto*
“Mi carrera tiene mucho que ver con la investigación histórica y la investigación antropológica…”
Por MARÍA ELENA ROCCHIO
BDB: Desde que tengo uso de razón tenía una predilección especial por dibujar figurines, en esa época no eran figurines, porque eran diseños de vestidos. Siempre era algo que me atraía, me estimulaban mi tía Hebe y mi abuela que me pedían que les dibujara, ellas me decían que se hacían el vestido con el diseño que yo había dibujado, y estábamos todas contentas y felices.
Cuando era adolescente empecé -porque tenía un especial amor por el dibujo- haciendo retratos, caían pobrecitos todos los de la familia, tanto que mi mamá me inscribió en una academia de dibujo y de pintura.
Cuando me tocó elegir una carrera dije, bueno no tengo dudas que va a ser una carrera artística, la idea de la gente que vivía en el interior era terminar el secundario y si había posibilidad que nos bancaran una carrera, nos íbamos por lo general la gente de Tres Arroyos a Bahía Blanca o íbamos a La Plata, en Bahía Blanca no había Bellas Artes, así que yo fui a La Plata.
Elegí pintura porque me encantaba y elegí escenografía, porque en escenografía había una materia que me gustaba mucho que era Historia de la Moda y el Vestuario. Entonces empecé a cursar las dos y eran tantas las horas de taller de cada una que no podía cursarlas.
En el segundo año me decidí por escenografía, inicié la carrera con la idea de que lo único que me gustaba era vestuario y tuve una maestra de Historia de Traje y de Vestuario increíble, tuve maestros grandes, fue una hermosa época, y me sentí alumna de esos maestros como fue Saulo Benavente, uno de los más grandes de este país, él nos llevaba junto al profesor de cultura escenográfica, y la profesora de vestuario, a prácticas o sea nos entregaban una ayuda para que nosotros pudiéramos practicar en las obras de teatro que ellos hacían, que eran muchas, entonces yo acepté y me pasaba mucho tiempo en el taller de acá del Odeón, en el del Maipo y en el taller del Teatro Argentino antes que se queme. Contemplábamos y participábamos de la realización de las escenografías de todas esas obras, para nosotros era de una riqueza infinita, fue increíble esa época, es más yo dejé de cursar casi un año porque era muy feliz haciendo eso y además siempre nos daban algún dinero.
G.A: ¿Era como una pasantía?
BDB: Una pasantía, efectivamente, y Carlota Gotilla, que era nuestra profesora de vestuario, trabajaba en teatros vocacionales muy fuertes como La Lechuza de La Plata. Esto fue así hasta que yo, me vine a vivir a Buenos Aires con mi ex marido, convocada para colaborar como asistente de escenografía en cine. Entonces también, dejo todo para ver que pasa, y bueno me fui quedando…
G.A: Te fuiste quedando…
BDB: Me fui quedando, digo, porque me casé y empezamos a trabajar fuerte en cine, él como escenógrafo y yo como asistente de él, mi primer película como asistente fue Argentino hasta la muerte, pero esa película fue como un arma de doble filo, porque yo tenía que resolver mi asistencia en escenografía, pero me pasaba el ochenta por ciento del tiempo en vestuario, porque era una película de época, y con María Julia Bertotto que considero que fue mi maestra de diseño.
G.A: ¿Perdón, Beatriz, en esta película cubrías ambos roles?
BDB: No, sólo escenografía y me aburría, cuando veía de cerca lo que era el taller de vestuario, lo que era el diseño y la realización de los trajes, porque trajes de 1860 no había en stock, era mi fuerte, realmente, y mi intención la vio Maria Julia, además ya me conocía a través de amigos, y, terminó esa película y, fuimos a preparar un proyecto a La Rioja, una película de Antonio Di Benedetto, Sara, allí lo conocí a Antonio, porque había realizado el guión.
G.A: ¿Sarquís fue el director, verdad?
Si. Yo era una chiquilina, Antonio era el Director del diario Los Andes de Mendoza, su familia y la mía eran del mismo lugar de Italia, y decía que éramos parientes de algún modo…
Y bueno, me fui quedando y tuve la gloria que a María Julia la convocaron para hacer una miniserie para Italia, era sobre la vida de Garibaldi, la de él en Sudamérica, ya que él fue un revolucionario contratado por las fuerzas revolucionarias sudamericanas y entró por Brasil y después estuvo acá, en Montevideo, bueno esos espíritus románticos… Entonces todo lo que fue Sudamérica se filmó acá, cinco capítulos para la RAI, y me llamó como asistente de ella, era la única asistente que tenía, yo no tenía ninguna experiencia, para mí fue como si me hubieran dado el premio mayor antes que me hubiera recibido de algo.
G.A.: ¿Y cómo sigue el recorrido tuyo?
BDB: Bueno, ahí ya decido que voy a hacer vestuario, a mí la escenografía no me interesa, me interesó en su momento para llegar a vestuario. Al año siguiente como ya me había recibido en Bellas Artes y tenía mi título de licenciada en escenografía, me presentaba mucho a becas al exterior, y gané una beca para Italia, una beca que daba la RAI para estudiantes extranjeros que los querían un poco adiestrar porque en ese momento la RAI era una de las televisoras más grandes que había.
Estudiamos con los discípulos y con los compañeros de Humberto Eco, porque en esa época eran disciplinas muy nuevas, todo lo que era lenguaje era nuevísimo. Nosotros en La Plata habíamos trabajado con los que eran maestros de vanguardia, Saulo y otros, con técnicas derivadas de la Bakhausse, escuelas modernas, europeas.
Y después me quedo viviendo en Italia un año, filmamos un trabajo muy interesante, un largometraje que era sobre la primer colonia anarquista italiana que se desarrolló en Brasil, se llamó Colonia Cecilia que fue un grupo de veinte anarquistas que se instalaron ahí con toda la doctrina anarquista, los hábitos. Y el director de esa película iba a ser….
G.A: ¿Qué pasó en el medio?
BDB: Se murió Perón y los franceses no quisieron invertir ese dinero en ese momento y nos abrimos, yo estaba embarazada de mi primer hijo… hicimos una investigación muy hermosa, mi carrera tiene mucho que ver con la investigación histórica y la investigación antropológica, ahora estoy haciendo un trabajo donde puedo desarrollar todo eso porque estoy haciendo un trabajo histórico.
Y en ese momento el trabajo que hicimos en la Colonia Cecilia, era de carácter internacional.
G.A: ¿Cómo fue el vínculo con el cine argentino, con los directores por ejemplo?
BDB: En el 76 en marzo, pleno golpe, hice esa primer película que adoro que fue Juan que reía, una película de Galettini.
Ese fue mi primer largometraje como diseñadora de vestuario, y a partir de ahí con cuentagotas por el cuidado de los chicos, etc. preferí hacer publicidad.
Trabajé con Puenzo, con Doria, mi tercer película, una película de época que se llamó Contragolpe, con Luisina Brando y después hice una serie en televisión que se llamó División Homicidios.
En esa época, hice una ópera en La Plata, Don Carlos. Luego hice un par de cosas, y me llegó la gloria . De las cosas que más quiero es El Faro, pero muy anterior a eso la que adoro es Asesinato en el senado de la Nación, hasta hoy me emociona, la adoro porque me llegó en una época en que nadie confiaba, y era una película, con Miguel Ángel Sola, estaba muy bien filmada, con Jusid, que me conocía por publicidad, confió, también el productor.
Con Abel Facello mi marido, conocíamos a Mignona que recién llegaba del exilio en Italia, años 83 y 84. Se tuvo que exiliar porque él recibió un premio la Casa de las Américas, que era de Cuba. Estuvieron en España con su familia, luego a Italia
Cuando vuelve decide hacer Evita quien quiera oír que oiga.
G.A: En esa película si bien hay lo esencial que es un director, en Mignona hay poesía…
BDB: Claro, Mignona es un poeta de la imagen, porque es el director que más trabaja la imagen, a veces no tiene que decir las palabras, él se puede expresar visualmente a mí se me pone la piel de gallina, lo que proponía en cada una de sus películas era increíble.
G.A: ¿Y dónde te has sentido mejor, en teatro, en cine o es indistinto?
BDB: No, lo que pasa que en cine me siento muy bien porque es mi vida, porque vivo del cine, y son años que uno conoce la técnica, es la realidad que uno tiene que mostrar, que nada moleste, que nada pase a primer plano, que todo sea creíble, un trabajo permanente con la credibilidad, a veces se antepone con la moda, uno dice no tiene que ver con la época, no importa tratemos de ser más sobrios, como en Diario de Motocicleta.
El teatro no, el teatro tiene una distancia donde uno trabaja otro código.
G.A: ¿Qué grado de libertad hay en lo tuyo, cuando te incorporás a un elenco, a un grupo de cine, se consensúa…?
BDB: La libertad es relativa, todos sabemos que donde termina la de uno empieza la del otro, en el caso mío yo estoy abajo del director de fotografía, abajo del director de arte, y debajo del director de la película, o sea lo que ellos quieren para la película yo tengo que adaptarme e interpretarlo y después el decorado importa mucho, según lo que se elija uno viste para ese decorado.
G.A: Mignona, Subiela, pero también hemos tenido directores como Hugo del Carril, Torres Nilson, cine de antes, el actual, pasando por Favio, hasta Pizza Birra y Faso, ¿cuál es el cine que más te llega?
BDB: Soy muy amplia, tengo preferencia por el cine europeo sin duda, tengo mi corazón en el cine italiano, el cine americano me gusta pero lo siento como con cierta frialdad, como que quisieran copiar un gesto que no es propio, por eso digo que los grandes vestuaristas del cine americano son europeos, son italianos, Dante Ferretti, que es un director de Arte. Gabriela Conceretino, etc. Gabriea Pescuci, todas nacidas en Italia. Mer por ejemplo en Italia, Antonioni, Visconti. Amo a Visconti pero no quisiera irme tan atrás, hay cine de hoy que me fascina muchísimo, veo todo, en cine argentino me gustó Aniceto porque es Favio, no copia a nadie, es fascinante.
G.A: ¿Podrías hablarnos algo de tu experiencia en Diario de Motocicleta?
BDB: Fue excelente, trabajar con Walter Salles, es un director que tiene no sólo una cabeza maravillosa sino sensibilidad de traducir eso en imágenes, es como Saura, son artistas, no son técnicos. Salles, nos instruyó en todo lo que tenía que ver con la vida del Che Guevara, respecto a las elecciones de vida, tuvimos un adiestramiento, muchas semanas y meses, seminarios de peronismo por la posición del Che, seminarios de enfermedades infecto contagiosas porque en la película íbamos a estar reproduciendo los leprosarios y debíamos informarnos, para saber como hacíamos el rodaje y para saber también como era esa enfermedad.
G.A:¿Y llegaste a la ruta que él hizo?
BDB: Bueno, se hizo la ruta que está en el Diario de Motocicleta, digo, las películas no se hacen correlativamente como el guión lo marca, o sea empiezan en el año 40 y terminan en el 50, uno hace las películas según los decorados, por razones económicas.