Alfredo Li Gotti
Sala Félix Giuliodori 20 años enseñando a ver cine (1988-2008)
Por ROMINA CALVO
Generación Abierta tuvo la posibilidad de entrevistar a Alfredo Li Gotti, historiador y coleccionista cinematográfico, quien recibió a fines de diciembre un diploma de reconocimiento por su activa difusión cultural, ya que la Sala FélixGiuliodori, fundada por él en 1988 acaba de cumplir 20 años. En dicho acto se colocó una placa de bronce en la mencionada sala,-ubicada en Parque Patricios- con el siguiente texto: Sala Félix Giuliodori, 20 años enseñando a ver cine. Homenaje de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires (1988-2008)
G.A.: ¿En qué momento de su niñez le surgieron los deseos de proyectar películas?
A.L.: Fue una cosa imprevista, tenía 11 años y un tío que viajaba me trajo un proyector, y entonces nació en mí el hecho de ver películas con mi propio proyector, porque uno siendo niño en aquella época iba al cine con los padres. Para mí en ese momento fue como tener un juguete, pero al mismo tiempo representó una sensación muy extraña.
Cuando vos tenés la primera película después querés tener otra porque la idea es seguir viendo films. Mi tío me había traído dos o tres películas de Estados Unidos y una que había filmado él en el barco, una especie de documental, pero que era realmente horrible. El tema es que yo me sentía muy bien ya que se la pasaba a los chicos del barrio, les cobraba 5 centavos y les daba la película. Después, con el dinero que recaudaba iba a Avenida de Mayo y me compraba nuevas películas. Eran todas de 15 minutos, media hora. El proyector lo conservé siempre, pero dejé de proyectar ya que estaba en otra cosa, estudiaba. Pero después me casé y decidí comprar un proyector de 16 mm sonoros y empecé a dar funciones en los clubes, me acuerdo que iba al Club Quilmes a dar cine, porque vivía por el lado de Avellaneda y daba cine argentino, alquilaba películas y después las proyectaba, eso durante unos años, y en 1965 leí en una revista que salía sobre cine y fotografía, que se llamaba “Fotocámara” un anuncio que decía: “les puedo conseguir u ofrezco “Gabinete del Doctor Caligari”, claro, cuando yo vi que ofrecían el “Gabinete del Doctor Caligari” que es un clásico del cine mudo, lo que representó para mí fue algo muy importante. A todo eso yo me había comprado un proyector de 8 mm sonoro con el que se podían sincronizar las películas, vos les ponías música y podías sincronizar la película muda y le podías agregar,- cosa que yo hice después – efectos sonoros, música de fondo y diálogos leídos y traducidos. Después empecé a conocer a los coleccionistas de cine a través de un amigo mío. Ingresé a un lugar muy interesante.
G.A.: ¿Por qué la sala se llama Félix Giuliodori?
A.L.: Le puse ese nombre por un amigo mío que fue una gran persona. Era coleccionista, un gran estudioso y además conocía muchísimo de cine mudo. La sala se inauguró en 1988, el había fallecido en 1987, fue un homenaje para él. Desde el año 1980 hasta 1996, durante 16 años, en el Cine Club Núcleo di todo el cine retrospectivo, más o menos unas 500 funciones sin repetir películas. Este cine era un cine club muy importante donde estaba Salvador Samaritano, un prestigioso crítico cinematográfico que falleció hace poco.
G.A.: Cuéntenos cómo fue su experiencia en Europa…
A.L.: Mi primer viaje lo hice en Toronto en 1996, es el festival más importante del mundo. Ahí conocí a un colombiano, Ramiro Puerta, quien quería pasar películas de Gardel. Él iba recorriendo todos los países y las mejores películas de cada lugar las seleccionaba y las llevaba al festival.
Yo estuve más bien con los productores que con los actores. Estaba en la parte de producción y también con los directores. Lo que Puerta quería era pasar los cortos de Gardel para la Paramount, en Estados Unidos, lugar donde Gardel filmó entre otras películas “El día que me quieras”. Le llevé unos cuantos cortos y ahí comenzó todo.
Porque cuando aparece la película “El cantor del jazz” que es la primera película sonora de la historia del cine -filmada en el año 1927- ésta fue sonorizada en el sistema Vitaphone, que era por sincronización de discos.
En 1930, Gardel fue el primero que hizo lo que ahora se llama clips y grabó una película que constaba de 10 cortos, 10 canciones. Fue la primera película que se filmó con el sistema de grabación óptico.
Estas películas las llevé a los distintos festivales donde fui invitado. Participé en el Festival de Cine de Huesca, España. Después me invitaron a Trieste, en Italia en el año 2001 y en el año 2002 estuve en Chicago, Estados Unidos, siempre con los cortos de Gardel.
También estuve en Andalucía, en la Filmoteca de Andalucía, donde proyecté los cortos de Gardel.
G.A.: ¿Cómo se dieron los primeros pasos para que en 1988 haya fundado la sala?
A.L.: Toda mi vida quise tener un lugar donde proyectar. La sala se fue haciendo durante muchos años, empecé a construirla en el año ’84 y terminé en el ’87. Se fue haciendo de a poco porque costaba mucho dinero, tardé mas de tres años y fue gracias a un amigo de una inmobiliaria que me hizo cambiar de parecer. Yo ese galpón lo quería alquilar y él me dijo que era el momento para construir la sala.
G.A.: ¿Entre el cine europeo, norteamericano y argentino, cuál es el que más le apasiona?
A.L.: Bueno en realidad, me apasiona todo el cine, yo veo muchas películas, te puedo ver una película muda; en blanco y negro; en color, te puedo ver una película de los Tres Chiflados o de Chaplin, o películas más complejas. A mí me gusta el cine, pero mi preferido es el europeo, porque es un cine más artístico.
Por ejemplo el cine de los años treinta francés, cine del realismo poético. También me gusta mucho el cine mudo de los años 20, el cine alemán, por los claros oscuros y por el manejo de las cámaras.
Siempre hablando del cine mudo, el que produce el gran salto es David Griffit, el padre del cine norteamericano, en 1915 con “El nacimiento de una nación”, y en 1916 con “La intolerancia”.
Nunca el cine mudo fue mudo totalmente porque siempre hubo un piano, o una orquesta que lo acompañaba. Las grandes películas tenían partituras ya hechas especialmente para esas películas.
G.A.: ¿Hoy en día como ve la actualidad del cine?
A.L.: Salvo raras excepciones no me gusta el cine de hoy. Esto me hace acordar a un gran actor italiano que se llama Jean Carlo Giannini que más o menos tres años atrás dijo que el cine estaba muerto.
G.A.: ¿Cómo se repartió el tiempo para trabajar y estar al mismo tiempo dedicado al cine?
A.L.: Siempre lo hice por la noche. Yo me metí en esto porque fracasé en otra actividad. Yo estudiaba canto, cantaba lírico, no digo que fracasé pero me cansé, pude haber hecho una carrera bastante buena, porque tenía condiciones bastante aceptables. Los últimos tiempos, estando dedicado al canto me relacioné de vuelta con el cine, allá por el año 1965. Hasta que en el año 1967 dejé el canto y descubrí esta angustia del canto con el cine. El canto fue una gran pasión, pude haber logrado bastantes cosas.
G.A.: ¿Qué sensaciones se sienten al recibir este homenaje que le hace la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires?
A.L.: Me siento muy contento. Son pequeños halagos de la vida. Por suerte, siempre tuve el apoyo de mi familia. También me alegra mucho que mi nieto Cristian me acompañe en esta actividad y sienta tanta pasión por el cine como yo.
*Nota de la Dirección: Generación Abierta felicita a Alfredo Li Gotti por este justo y valioso reconocimiento obtenido, una vida dedicada al arte y a la promoción de la cultura.