“Relatos de la piel”, de Nora Patricia Nardo
Ediciones Generación Abierta
El 17 de Diciembre de 2010, dentro del marco del Café Literario “Antonio Aliberti”, se presentó el libro “Relatos de la piel”, de Nora Patricia Nardo, Jefa de Redacción y Responsable de la Sección Educación de “Generación Abierta”.
Coincidiendo con el cierre del ciclo 2010 de dicho espacio literario y ante una gran concurrencia de público que desbordó las instalaciones del lugar-Café Montserrat, San José 524- familiares, amigos y compañeros de ruta de la poeta, la acompañaron en un clima de gran calidez, en la presentación de su primer poemario.
Se refirieron a la obra, los poetas Nina Thurler y Luis Raúl Calvo, autor del prólogo del libro.
Para Nina Thurler, “…La poesía de Nora invita a entrar en su intimidad, a menudo como si se tratara de un monólogo de un “yo” desglosado entre la poeta y su entorno, o un diálogo consigo misma, permitiendo que se filtren de cuando en cuando expresiones relampagueantes, alivianando las sombras.
Yo creo que lo que otorga mayor validez a este conjunto de poemas es el tono casi imperturbable, con ritmo lento, con sonido apagado, características que se vinculan y confluyen para ofrecer la visión de un espíritu sereno, sin alteraciones, sin rispideces, sin notas discordantes.
Toda la poesía de Nora está teñida de un innegable intimismo-factor recurrente siempre en los primeros libros de un poeta- y hay un yo contenido entre su expresión y su emotividad, con un referente constante de un mundo interior que sobre la reflexión poética muestra un ámbito de luz y de nuevo la melancolía ante el paso del tiempo, la infancia perdida, las ausencias queridas y que Nora deja ver como un “yo” viviente inmerso en el fluir del tiempo.
No puede dejar de mencionarse el velo metafísico y esotérico que exhibe el pensamiento de Nora en la indagación de los misterios que han preocupado desde siempre a la humanidad.
En Nora surge como cosa natural la seguridad de la vida después de la muerte, esa concepción nos recuerda aquello que manifestaba permanentemente el viejo patriarca de Manhattan, Walt Whitman quien decía “La muerte es tan sólo un cambio de sitio” o “¿Alguien ha pensado que nacer es una ventura? Me apresuro a manifestar que morir es igualmente venturoso y más feliz. Yo lo se”. Nosotros desde aquí reafirmamos esa convicción, propia de los espíritus sensibles, como el de Nora Nardo”.
A su vez, Luis Raúl Calvo señala que “…Si algo caracteriza este libro primigenio, es la evocación de hechos y situaciones vividas que gravitaron en su infancia y juventud dejando su marca, su estigma. Todo esto le confiere a esta obra un tono autobiográfico, cuya simbología nos hace pensar en la necesidad, como de quedar a mano con su propia historia y con la de aquellos seres, que en ella han tenido honda gravitación.
Este primer poemario de Nora Patricia Nardo, en principio nos remite a los orígenes de nuestras vidas. No es casual que el primer poema –”Huellas”-, haga alusión al útero materno, a la necesidad de un regreso a esas primeras sensaciones placenteras. Ella nos lo dice así:
“Regresar al útero de la madre/ encontrar allí el
abrigo de nuestros olvidos…
recuerdos que aún no han sido velados…”
“Relatos de la piel” es un bello tributo a los seres amados, aquellos que ya han partido físicamente pero cuya estela permanece viviente en nuestros corazones, ya que sus vibraciones y emanaciones se han enraizado en los recuerdos.
Como en el poema “Nuestra alianza”, dedicado a su padre: “… El Dante acaricia tu presencia/ y el ocaso celebra nuestra alianza. / Entre vos y yo, la eternidad”.
Celebramos la aparición de este primer libro de poesía de Nora Patricia Nardo.
Tal vez, como decíamos anteriormente, una deuda que tenía consigo mismo y que ha saldado exitosamente, a través de estos “Relatos…” que se hacen carne en nosotros, lectores de esta sutil y perspicaz aventura creada por su autora.”
Tiernas marcas
A mi madre
Transita
en los intervalos
de cada acto de su vida.
Sin abandonar sus sueños
arma el entramado de su
biografía.
Suspira el arco iris…
Abriga con sus palabras
deja bellas y tiernas marcas…
Días felices
En los días de lluvia
nos sentábamos
en el escalón más
alto del pórtico.
Con nuestras
destrezas, armábamos
barquitos de papel
sin advertir los
pesares del agua.
Así
se nos iba la infancia
abrazados a los días felices.
Nora Patricia Nardo
(De “Relatos de la piel”)