Diálogo con el Dr.Luis Pedro Barcia (2da entrega) Presidente de la Academia Argentina de Letras
“Nadie sabe quien es hasta que conoce a otro”
Por LUIS R. CALVO y NORA PATRICIA NARDO
G.A.: ¿Cómo se genera la identidad?
P.L.B.: A través de dos cosas, primero hay un sustrato de origen, tenemos cierta permanencia en el tiempo de algunas tendencias, preferencias, y demás y sobre eso se va trabajando culturalmente para darnos un himno, una bandera, los símbolos nacionales y otros elementos que se van incorporando a nuestra identidad. La enseñanza de la historia ratifica la identidad.
La palabra identidad viene de una expresión latina que significa del mismo ser, es decir hay identidad cuando hay continuidad de lo esencial del ser, por lo tanto hay identidad cuando hay entidad, o sea rasgos típicos individualizadores y reconocibles de una realidad que puede ser un individuo, una familia, una tribu, un país.
El conflicto que se dio es entre lo que es el proceso de globalización que empezó muy desaforadamente predicando una supuesta cultura global y que afectó seriamente las identidades.
La globalización sufrió una confrontación fuerte de distintos niveles, una primera confrontación fue: los nacionalismos que en defensa de esta especie de barrimiento de frontera que establecía la globalización, se alzaron fuerte y se enquistaron con posiciones muy duras. Esto produjo un parate en la globalización, no para renunciar a sus fueros sino para ver que estrategia y que política van a seguir aplicando. La segunda confrontación fue religiosa, todo lo que ocurrió en Medio Oriente, la expansión religiosa en defensa de lo propio contra Occidente que es cristiano, o sea, también este conflicto se produjo de una manera brutal. Después las cuestiones políticas, por ejemplo: hasta dónde los límites de los países pueden ser invadidos por otros sosteniendo que lo hacen en defensa de la democracia y es para quedarse con el petróleo. En todo este planteo, la globalización comenzó con una prédica falsa, diciendo que era en pos de una cultura global. No existe ninguna cultura global, la cultura global sería la suma de todos los rasgos esenciales de cada una de las culturas, ese fenómeno que sería misteriosísimo no existe, nadie lo ha hecho.
G.A.: ¿Qué produjo la globalización?
P.L.B.: La globalización es la proyección de una cultura globalizada que es la norteamericana, como si fuera total, entonces están los western, el inglés, el dibujo animado, la serie de televisión, los no lugares, los shoppings, los cinemas, los aeropuertos, las comidas rápidas, la ropa deportiva. Todo esto los norteamericanos lo venden como si fuera universal, frente a esta situación, es necesario afirmar la identidad, que cada país marque lo propio, no para cerrarse y enquistarse en su realidad, porque nadie puede vivir al margen del mundo. Aquí lo que importa es que usted sepa quien es bien usted, cuales son sus rasgos, y lo defienda poniendo un parate al desborde de lo global.
El primer paso de equilibrio que dio la globalización a través del Club de Roma, es cuando inventó, palabra inventada a partir de la experiencia japonesa lo glocal, es decir lo global y lo local asociados. Entonces los japoneses inventaron que para vender algo, uno tenía que tocar la entraña del pueblo al que se lo quería vender. Por ejemplo las propagandas de Mitsubishi tienen 30 segundos de cosas generales del auto, 15 segundos de radicación local, por ejemplo le muestran el auto en Salta, en la Patagonia, en las Cataratas del Iguazú, y usted se siente tocado. Todo esto es de base económica.
Nosotros lo que tenemos que hacer es defender lo nuestro pero siempre articulándonos con el mundo.
En el campo de la literatura, del cine, se está dando el hecho de que los doblajes de las películas van avanzando cada vez más sobre la versión original.
G.A.: ¿Y entonces que tipo de doblaje se realiza?
P.L.B.: Un doblaje que se hace en España, no sirve acá, un doblaje hecho acá no sirve en España, entonces se han dado cuenta que en las telenovelas como en las películas lo que hay que hacer es hablar una lengua que sea general. Si uno toma por ejemplo, las películas de Darín, se ve que en Nueve Reinas hay mucho argentinismo y localismo, en el Secreto de tus ojos, ya aparece algún pelotudo o boludo y no más y en El Aura, no aparece ningún argentinismo.
Quiere decir que El Aura es el ideal de lengua general como para que haya una especie de globalización del español en el mundo hispánico. De esa manera se robustece la unidad del español, aunque lleva el conflicto, igual que en la globalización y lo local, de que lo peculiar de cada país se pierde. Entonces los diarios están renunciando a los rasgos típicos, léxicos o expresivos de una lengua en Argentina o en Uruguay tratando de usar una lengua general, inclusive hay diccionarios que muestran -comparando todos los países de habla hispana-, cuál es la palabra que debe elegirse para poner, si es auto, coche, carro, automóvil, y el que tiene más representatividad es el que se elige, de esa manera generaliza un poco la lengua.
G.A.: ¿Y entonces cómo se debería hacer frente a lo global?
P.L.B.: Primero con una educación de la identidad propia en la escuela. La teoría de la multiculturalidad en la escuela es un mamarracho, es una aberración antinatural, porque al chico no se le puede hablar de muchas culturas si no tiene la propia acentuada.
La responsabilidad del gobierno argentino es no dejar que entren dibujitos por ejemplo de series mexicanas, porque el chico habla de mamita, andale, cacahuete, en vez de maní, andate, mamá. Leí que decía una lingüista en un diario argentino que esto amplia el espectro, está equivocada. En la casa se debería enseñar qué es esa familia, cuál es su cultura, sus rasgos y decirle que son los mejores. La escuela tiene que formarlo en su historia, en su geografía, al salir de la casa el chico va adquiriendo una sociabilidad mayor. Entonces lo primero que hay que consolidar es la identidad cultural del chico, después se va abriendo en la vida al diálogo cultural de otras realidades y comparativamente las va asimilando. Nadie sabe quien es hasta que no conoce a otro. Nadie conoce cual es su cultura hasta que no viaja. Echeverría, Mallea, Borges, Víctor Massuh, Ricardo Güiraldes, todos han dicho en forma parecida la misma frase cuando viajaron a Europa, “cuando vi París, vi mi país”. Porque estando uno inserto en una realidad no la percibe, tiene que salir de sí mismo para ver, primero entonces uno se tiene que solidificar en lo propio y después por contraste va definiendo mejor lo de uno y asimilando lo ajeno. No hay que tener temor ante la influencia de otras culturas, dice Goethe que: “No hay ni buenas ni malas influencias”. La gente dice por ejemplo: no leas a Borges porque te va a influir de una manera, la persona que dice esto es porque tiene endeble capacidad digestiva, esto quiere decir que cuando usted tiene un buen estómago digiere y asimila lo que come, por eso una frase de Valéry dice: “El león está hecho de cordero digerido”, nada más opuesto al león que el cordero, pero cuando come cordero el león no se corderiza, se leoniza. Cuando Borges toma de cualquiera, Borgesiza lo que toma. Esta es la seguridad de poder incorporar y sentirse frente a la herencia buenos herederos, tener seguridad en nuestra firmeza inicial.
G.A: El docente en general se encuentra frente a dos problemáticas, por una parte la falta de comprensión de aquello que se lee, desde el lugar del conocimiento, y por otra parte, el lugar de los vínculos, que se establece en la institución escuela, con estas distintas culturas que les llega a través de los alumnos…
P.L.B.: La vida se encarga sola de abrirle la cabeza a Usted, si Usted no es un cerrado. Para sintetizar, hay una etapa etnocéntrica positiva hasta que el chico sale de la escuela y luego comienza una etapa de apertura
de diálogo, de cultura que se le va dando naturalmente y cuando comienza a viajar ve su cultura en diferente dimensión.
G.A.: ¿Piensa Usted que los medios de comunicación subliminalmente van incorporando una forma de hablar, una manera de ser y de pensar?
P.L.B.: Como decía Lessig “nadie pasea impunemente bajo las sombras de las palmeras”, es decir que hasta las sombras de las palmeras influyen a uno, cómo no van a influir más la radio que escuchamos todos los días, el diario que leemos, y el canal de televisión. Todos los medios escritos y orales que son cátedras, en el sentido de que son propuestas de discursos escritos y orales. Sobre todo la televisión que es una escuela insomne, no duerme nunca, siempre está enseñando cosas, a veces deformantes, hay distintos niveles en la televisión. Si uno toma por ejemplo el caso de programas de algunos conductores divertidos, entretenidos y animados uno ve como le imponen una palabra, una modalidad, dichos, y el chico por ejemplo repite porque los ve todas las noches o noche por medio. Hay una docencia de la televisión que puede ser negativa pero es innegable y de alguna manera los medios van conformando el imaginario de uno. Una vez que conformó su imaginario se sigue alimentando de los mismos medios, porque son aquellos con los cuales usted coincide y además se ha ido conformando con ellos. Ningún medio es ingenuo, todos apelan a seducirlo. El medio vive en la medida que usted lo compra y lo ve.
Pero si usted sólo es lector de un medio se pierde los matices de otras percepciones.
Por eso una de las formas del analfabetismo es leer un solo autor, un solo género, un solo diario.
G.A.: No tiene la apertura, ni la capacidad de crítica…
P.L.B.: No hay diversidad, por lo tanto no hay capacidad de comparación y no hay crítica.
G.A.: Una de las funciones de la Academia Argentina de Letras es velar por el correcto uso de la lengua, ¿se puede lograr?
(continuará en el próximo número)