CRÍTICA: MUESTRAS DE ARTES VISUALES: Muestra de ADRIANA GASPAR*, en “Espacio Y Lugar Cultural”, 3 de Octubre de 2019
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“Identidad: Relato de una búsqueda en ausencia”
Para aquellos que hemos seguido en el tiempo el desarrollo de la obra pictórica de Adriana Gaspar, podemos comprobar y ratificar una vez más, que nos encontramos con una artista que ha ido evolucionado a lo largo de los años, a través de diferentes técnicas expresivas: el dibujo, la pintura, la acuarela hasta formas por así decirlo más contemporáneas como las cajas-objetos, pero conservando siempre la esencia que hace a un verdadero creador: el mensaje, a partir del arte.
Por eso, reencontrarnos con Adriana a partir de una nueva muestra, es celebrar una forma de posicionarse en este mundo, aunque las temáticas que aborde sean de una profunda raigambre existencial, con todo lo que ello conlleva: dolor, ausencias, sentido o sin sentido de la vida, etc. Es decir, pertenecer a su mundo, a partir de la contemplación, no es para cualquiera.
“Identidad”, obra que hoy Gaspar inaugura en el ya emblemático “Espacio Y Lugar Cultural”, dirigido por Cristina García Oliver, es un recorrido íntimo de suma introspección, donde la artista pone al desnudo algunas de las temáticas más viscerales que debe afrontar la mujer en estos intrincados años del siglo XXI: la problemática de género. Pero la serie, en su conjunto, también pone de manifiesto algo muy interesante: un desarrollo conceptual y estructural que parte de la vulnerabilidad como carencia, que a su vez trae aparejado el desvanecimiento o la pérdida de identidad, manifestado en cuerpos mutilados, abusados, maltratados; rostros y cuerpos ausentes o encapuchados; xenofobia, y rastros de una dictadura cruel y atroz que marcó la vida de muchos compatriotas en los años 70 y principios de los 80, en el siglo pasado.
Todo dentro de la línea Gaspar, de honda y sugerente poesía, con tonos de raíces expresionistas, que sacuden al espectador, quien no puede permanecer indiferente frente a semejante arrojo humanista.
Felicitamos a Adriana Gaspar, cada una de sus muestras nos lleva también a nosotros como espectadores a profundizar en nuestras propias raíces identitarias.
Su arte nos conmueve, nos incluye, nos integra, desde la belleza, que por momentos, lindando con lo siniestro, es una belleza transformada y comprometida con su tiempo, como planteaba años atrás Basilio Kandinsky.
Luis Raúl Calvo
Adriana Gaspar *: la corporización de lo ominoso o una artista del síntoma.
El pasado jueves 3 de octubre se produjo la inauguración de la muestra “Identidad”, de la artista plástica Adriana Gaspar (Buenos Aires, 1958 *), en las instalaciones de Espacio Y, Lugar Cultural, de la Ciudad de Buenos Aires. El ámbito en cuestión, dirigido por Cristina García Oliver, ya tiene un calendario propio y bien reconocido por el espectador porteño en el curso del año.
Gaspar: sutil puesta en evidencia
Sin duda, este nuevo encuentro con lo público, por parte de la artista argentina, señala una de las líneas ya constantes en su vasta obra, que se expresa a través de lo pictórico empleando variadas técnicas, así como en la creación de objetos artísticos a partir de diferentes materiales. Es el trabajo de Gaspar fuertemente expresivo y la línea de referencia en esta muestra está atravesada por la puesta en evidencia de la problemática de género, no plasmada propagandísticamente ni apelando al simple panfleto visual. Por el contrario: en sus obras la línea se manifiesta sin retaceos a través de sutiles intervenciones operantes en la imagen ofrecida a la sensibilidad del espectador, que acrecientan señaladamente la potencia de cada trabajo.
La cuestión genérica se nos revela, gracias al arte de Gaspar, con toda su compleja estructura de vulnerabilidad, pérdida identitaria, sometimiento secular al maltrato, el abuso y la degradación, así como al odio por lo ajeno y otro, plasmado en las puntualizaciones ejercidas por las obras acerca de cuanto refiere a la mutilación, el ocultamiento, el horror y el envilecimiento. No en balde en esta muestra, significativamente titulada “Identidad: Relato de una búsqueda en ausencia”, Gaspar eligió la tridimensión como la base desde donde disparar sobre el que contempla. Al corporizar, saliendo del plano y del universo signado por la línea y el color, lo que hace es agregar cuerpos donde ya no están o bien se encuentran amenazados por un “ya no estar” pendiente siempre sobre sus cabezas. Surge así, de las diferentes facetas que conforman la muestra, el clima general del unheimlich, concepto habitualmente traducido del alemán como “lo siniestro”, muy divulgado a partir del título de una obra de 1919 publicada por Sigmund Freud (1856-1938). Sin embargo, en lo puesto en tridimensión por Adriana Gaspar el término parece retomar las condiciones denominativas que le daba, antes de Freud, el filósofo germano Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling (1775-1854), referente clásico del idealismo romántico alemán. Es Schelling el primero en hablarnos de aquello que resulta “extraño e inquietante”.
La artista del síntoma
Como sabemos, tradicionalmente el concepto de belleza ha sido reconocido como la cumbre máxima en términos del arte, por vetusto que ello nos resulte ahora, en el siglo XXI, y una de las visiones estéticas que carcomió esa predominancia fue –precisamente a partir de fines del siglo XVIII- el surgimiento y la valorización creciente de una nueva categoría, la del arte que indaga y se apropia de los dominios de cuanto extraña e intranquiliza, porque nos señala que algo que estaba destinado primariamente a quedar soterrado, prohibido a la mirada, vedado a la consciencia, de todas maneras se ha manifestado y ya no podemos ignorar su existencia: eso es, desde la estética, lo unheimlich. También definido –y no son apreciaciones opuestas sino complementarias- como lo ominoso que nos resulta familiar, ya conocido y por eso más temible, el unheimlich en la obra gaspariana y marcadamente en “Identidad: Relato de una búsqueda en ausencia”, es la corporización de lo femenino mutilado, vejado, reventado, ensuciado, negado, ocultado, en definitiva, sancionado por el orden patriarcal que no tolera su puesta en evidencia ni la denuncia de sus actos, pero que desde lo fantasmático, lo sintomático, justamente esa sutileza del arte de Gaspar, vuelve una y otra vez ante nuestros ojos que ya no podrán cerrarse ante él, como quiere y ordena la jerarquización dominante. No es poco mérito lo logrado por Adriana Gaspar a través de sus corporizaciones artísticas y quienes tenemos el privilegio de asistir a sus muestras bien sabemos, en cada ocasión, agradecérselo.
Luis Benítez
(*)Licenciada en Artes Visuales. Artista plástica que desde hace décadas realiza muestras individuales y colectivas en el país y en el exterior. Ejerce desde sus comienzos la Sub Dirección de la Revista Generación Abierta (Declarada de Interés Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en 2000) y es responsable de la Sección de Artes Visuales. Conferencista en Congresos de Arte y Literatura. Investigadora del arte contemporáneo y autora de ensayos, prólogos y artículos para la Revista Generación Abierta, libros y otras revistas culturales del país. Es colaboradora permanente del programa Generación Abierta en Radio (FM Cultura). Realizó la ilustración de libros de poesía y ensayos y en 2010 obtuvo el título en la Carrera de Especialización en Producción de Textos Críticos y Difusión Mediática de las Artes.