“Sin origen”, por Ruth Vigueras Bravo
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Acción realizada en dos espacios distintos en México, con respecto a la temática del aborto y el debate por su legalización. Galería ArtSpace en Ciudad de México, dentro del marco del Festival “Ejercicios de Repulsión”, seleccionada por la convocatoria abierta de Perfolink y en la Catedral de la Inmaculada Concepción, Puebla. Los días 28 y 29 de noviembre de 2015.
La función del artista a lo largo del tiempo ha cumplido con una traducción estética de la percepción colectiva al elaborar significados simbólicos, mismos que, se adhieren a las obras artísticas, al crear los significantes y de esa manera transformarlos en estudios antropológicos de las expresiones culturales. El performance o arte de acción posee un lenguaje simbólico a través de los objetos y el contexto, permite al espectador abordar otras vías de percepción de la realidad y su condición cultural e identitaria, de esta manera se construye una historia a través de lo que se ve, de ahí, la importancia del performance situado en el espacio público, puesto que, al participar de la sensibilidad del otro, no hay distancia entre el momento de la acción y la recepción por parte del espectador, está abierta a múltiples interpretaciones, de las cuales, no existe un único significado, al generar reflexibilidad en cada uno de los presentes con un papel activo, pues son, los que finalmente le dan sentido a la obra y a su vez los nuevos soportes que se generan en relación con lo acontecido.
El objetivo central de esta investigación-producción, es exponer los discursos y percepciones elaboradas por algunos espectadores del performance. La intensión es responder a las preguntas: ¿Qué sucede entre los espectadores y la obra? ¿Qué discursos construyen los espectadores? ¿Qué les comunica? Una de las motivaciones centrales de esta investigación, fue la importancia que tiene para el arte la construcción de discursos en torno a las obras, es decir, qué es lo que comprenden los individuos más allá de lo que ven.Se sostiene, que esa comprensión se expresa a través de discursos y de razones, elaborados por miembros del mundo del arte (artistas, museos, coleccionistas, fundaciones, galeristas, curadores, mecenas, críticos, algunas instituciones docentes y políticos) tales discursos, nos permiten nombrar y calificar a una obra como arte. De esta forma, pareciera ser, que los discursos de los espectadores fueran menos considerados al momento de reinterpretar o calificar una obra. Sin embargo, creemos que quienes nos dedicamos a entender el arte, debiéramos incorporar con mayor frecuencia las razones que elaboran los espectadores o presentes. Eso ampliaría la riqueza de nuestros juicios sobre las obras y sus recepciones y por sobre todo, complementaría nuestra mirada de lo que sabemos y esperamos escuchar.
En ese sentido el artista hace una revaloración del espacio público como plataforma de comunicación social a través de intervenciones con fines artísticas. El artista como ser-social-creador, plantea un proceso de interacción con los espectadores, así como de reflexión en la vida privada y social.
Las propuestas de espacio público inciden en la percepción subjetiva y colectiva de los sujetos; para buscar la relación entre sus habitantes y su entorno a través de experiencias que permiten una relación directa con el público no involucrado en el circuito del arte. La relación con el espectador y la obra por medio de sus sentidos en la que lee un significado, es a través del objeto estético, que no solo es perceptible, sino que también es significativo. Los sujetos son capaces de captar ese significado intrínseco que contiene el objeto haciendo presente su subjetividad en la percepción. Ese significado que se encarna en la forma es el símbolo, así, cuando los espectadores se enfrentan a una experiencia estética también experimentan una experiencia simbólica, puesto que, se hallan frente a un símbolo que pretende comunicarles algo y generar un diálogo con ellos.
Estos, se retoman desde una perspectiva personal para cuestionar, evidenciar, reconstruir significados, transitar por procesos antropológicos y semánticos de los cuales; un conejo muerto desollado sin piel, canicas rojas y verdes, una bola de lana de color rojo y un listón verde, fueron los elementos utilizados para abordar una problemática con respecto al aborto en Latinoamérica, principalmente en México. Tema de diversos debates donde se han proclamado numerosos grupos de mujeres a favor, junto con su derecho político a la procreación. Las estadísticas arrojan datos del 80% de las mujeres que sufre un aborto por varias causas. Sin embargo, también existen causas biológicas y el 50% de los embarazos se interrumpen antes de tiempo.
¿Por qué abordar un tema tan rebuscado y trillado desde la perspectiva del performance? Surge la reflexión en torno al tema por un proceso personal que a la edad de 15 años cambió mi vida. Era una adolecente con problemas de violencia familiar, rebelde, precoz e inexperta con el tema de la sexualidad, pase por un transcurso de angustia, de miedo, de vergüenza y de culpa, sentimientos que me hicieron tomar la decisión de no tener un hijo a esa edad. Acto del cual no me arrepiento, pero que sin embargo dejó secuelas en mí organismo; resultados que desde hace años se vieron manifestados con trastornos hormonales y devinieron en una introspección para desarrollar 5 piezas performáticas, las dos últimas de esta serie, las título “Sin Origen”. Decidí llevar a cabo la acción en el Estado de Puebla, en el espacio público, puesto que, es un Estado conservador; el aborto es un delito que se castiga con seis años en prisión. También participé de una convocatoria abierta por Perfolink en Galería ArtSpace México, de la cual fui seleccionada. Quise presentar la pieza en dos lugares distintos ya que genera perspectivas diferentes por su contexto.
Con la presentación de la pieza, el primer día en la Galería ArtSpace, quise capturar en mi mente, los sentimientos reflejados de los presentes, para posteriormente trasladarlos al papel, a un escrito que intenta capturar los instantes vividos con este proyecto. Al entrar en aquella área fría de la galería, la cual me fue designada y que ya se encontraba el público, la mayoría conocedores de arte y aficionados a las prácticas artísticas presentadas de aquel espacio. Camine por la galería dando una vuelta, con un conejo muerto sin piel, atado a mí, con un listón de color verde, color que se vincula a la vida, con la fertilidad y con la renovación. Al dar la vuelta por toda la galería, me situé en el centro, segundos después comencé acariciar al conejo, saqué una navaja y lo desollé, rodaron las canicas de color verde al piso, con las que venía previamente rellenado el conejo, estaba al pendiente del público, de sus reacciones, de sus gestos, se involucraron varios presentes en la pieza, me ataron completamente con el mismo listón, que traía atado al animal muerto. Cabe señalar que no repito mis performances, sin embargo, por las preguntas formuladas en este escrito, creí interesante realizar la misma acción en dos diferentes contextos y como punto nodal; las improntas documentales de los procesos llevados a cabo en espacios y tiempos específicos, da diferentes interacciones con los espectadores.
Tuve diversos comentarios positivos de sobre la performance, de los cuales me gustaría destacar un fragmento del escrito sobre el encuentro de “Ejercicios de Repulsión” de César Cortés Vega:
El trabajo de Ruth Vigueras se desarrolla una pequeña trama de orden ritualista-sacrificial. Vigueras, a pesar de la utilización de un lugar común como el conejo —que evoca un elemento del que deberíamos estar hartos, incluso segundos después de haber presenciado los resultados de la ultramencionada pieza de Beuys: Cómo explicarle los cuadros a una liebre muerta—, o de un todavía medroso manejo del espacio y del tiempo de ejecución, la pieza avanza gracias a la participación del público; de frente una mujer con un conejo despellejado y amarrado a su cuerpo, corta el vientre del animal muerto. De él salen canicas que se esparcen por el piso de la galería; una especie de procreación interrumpida, cuyos productos de vidrio ruedan por el blanco suelo de la galería; probablemente una burla de exorcismo paradójico, cierta banalización que culmina con la inclusión de los asistentes a quienes se nos pide la rodeemos con una cinta verde, como cordón umbilical que la aprisiona por entero, hasta desfigurarla un poco e inmovilizarla. Aquella impavidez ya causa repulsión. Acto seguido ella intenta una esforzada liberación, que al final no culmina del todo, de manera que debe abandonar el lugar con una cinta que le cuelga aún, con el dolor del juicio público, la media sonrisa de los espectadores…![1]
Cuando nos referimos a las emociones sentidas, puntualizamos en el resultado emocional que manifestaron ante el performance y su percepción del mismo, atribuyéndole a los objetos estéticos utilizados. De esta forma; fue predominante en el trabajo una mirada más descriptiva de lo que observamos de los sujetos y sus discursos.
Destaco que, en la Ciudad de México, con la decisión tomada por la Asamblea Mexicana en 2007, la cual fue dictaminada finalmente el 29 de agosto de 2008 por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por ocho votos contra tres, donde se despenaliza el aborto realizado antes de las primeras 12 semanas de gestación en la Ciudad de México. Este hecho se contrapone al del código penal de la sección XIII en el Estado de Puebla y el Art 342 destaca que:Se impondrán de seis meses a un año de prisión a la madre que voluntariamente procure su aborto o consienta en que otro la haga abortar, si concurren las tres circunstancias siguientes:
I.- Que no tenga mala fama.
II.- Que haya logrado ocultar su embarazo.
III.- Que éste no sea fruto de matrimonio.
Faltando alguna de las circunstancias mencionadas, se le impondrán de uno a seis años de prisión. Por dichas razones “Sin Origen”, se llevó a cabo a un costado de la Catedral de la Inmaculada Concepción.
La performance transcurrió mediante un recorrido de tres vueltas por la plaza, caminaba descalza vestida de negro, con un conejo muerto colgando. El conejo utilizado, es un símbolo para los antiguos mexicanos que creían ver en la luna a un conejo o liebre agazapada, sin duda, por la asociación con la fertilidad de estos animales y las funciones fecundas del astro, asociadas a las mareas y a la menstruación. En el Popol Vuh, la luna, que es el principio de la renovación cíclica de la vida, es socorrida por el héroe conejo. Para la concepción cristiana, estos animales están ligados a la exuberancia, abundancia, multiplicación de los seres y los bienes, es por ello que también tienen la condena de la concupiscencia, charlatanería y mistificación, que son considerados moralmente como vicios, además del término que se le suele dar al famoso “conejillo de indias”, utilizado popularmente como sinónimo de objeto de experimentación.
Con esa carga simbólica llevada en mi pecho, en mi caminar dejaba un rastro de canicas rojas, que simulaban un vestigio de sangre a mi andar, como las primeras gotas de sangre que escurrían entren mis piernas al haberme provocado el aborto en aquella ocasión, mientras caminaba recordaba aquel suceso en mi vida, acaricié en todo momento aquel animal muerto colgando de mi pecho y amarrado a mi vientre, como aquel ser que en algún momento estuvo dentro de mí. El público involuntario me veía, realizaba comentarios y miradas de asombro, no lograba escuchar exactamente que decían por el estado catártico en el que me encontraba. Finalicé el recorrido enfrente de una de las puertas de la iglesia, ahí continúe acariciando a ese cuerpecito frío, posteriormente saqué una navaja de entre el cuello del conejo para desollarlo, lentamente sacaba las canicas de su vientre, el sonido se asemejaba a una tormenta con bolitas de hielo cayendo en el piso.
Los curiosos comenzaron a reunirse alrededor mío, los niños empezaron a levantar las canicas y jugar con ellas, seguían las exclamaciones de sorpresa que jamás logre distinguir por el bullicio; hubo un momento que me ensordecí, como aquel día donde se me vino un vómito repentino que se escuchaba igual como aquellas bolas de cristal cayendo; posteriormente expulsé al feto y me desvanecí. Al terminar de sacar las canicas del conejo desollado, comencé a deshilar poco a poco la bolita de lana roja que venía dentro de él, que simbolizaba el cordón umbilical. Para los bambara en Senegal, África, era considerada como la raíz por donde el ser humano está ligado a la tierra madre. El cordón umbilical para los indios hopi (Pueblo amerindio en Arizona, Estados Unidos de América), es la casa del alma del niño, tradición explicada en la célebre autobiografía de Don. C. Talayesva, jefe hopi: “Cuando mi cordón umbilical ha caído, se le ha atado a una flecha y se le ha colgado de una viga del techo de la habitación, para hacer de mí un buen cazador y dar una caza a mi alma de niño, si yo muriera: pues mí alma podría permanecer al lado de la flecha y pronto volver a la matriz de mi madre para renacer mañana”[2]. Al retomar este concepto de que en algún momento retornarán las almas a su origen, invité al público que me atara, quería sentirme como en aquella ocasión, amagada a tantos prejuicios, ideas y sentimientos encontrados por los cuales transitaban mis pensamientos de adolescente.
Finalmente una mujer se decidió atarme, mientras daba vueltas con la bola de lana me preguntaba: ¿por qué lo haces? Le contesté que era artista y que estaba trabajando con la temática del aborto, en ese momento la señora emprendió su propio juicio y le dio su reinterpretación, incitó a otra mujer embarazada para que me siguiera atando. Ella le explicaba a la gente su postura con el tema del aborto y con un discurso religioso; el público se tornó eufórico por la acción y con los comentarios de la señora religiosa. En ese momento quedé completamente atada, por unos instantes me quedé inmóvil, segundos después comencé una lucha conmigo misma para liberarme, al quedar completamente sin el hilo de lana, me retiré de lugar, no faltaron curiosos que me siguieron, me decían: felicidades señorita, muy significativo, no entendí muy bien pero fue conmovedor.
Por tanto, al observar las ideas comunicadas, resulta interesante ver que la comprensión del performance en el espectador, se lleva al campo de la pretensión de inteligibilidad que tiene la obra. En este sentido, advertimos, en el caso de algunos espectadores la intensión de descifrar lo que el autor pretende comunicar a través de su obra, buscando el significado que el artista le otorga como “la lectura correcta”. No obstante, la gran mayoría se dejó penetrar por la obra y generó sus propios juicios. Las ideas comunicadas fueron distintas en cada individuo, creándose variados significados a partir de cada experiencia. El objeto estético transmitió una información particular a cada receptor. Por otra parte, las emociones sentidas por los transeúntes, indicaban ese efecto emocional que tienen al relacionarse con el objeto estético, al ser percibido y contemplado.
Hace 10 años trabajo la documentación con otras posibilidades discursivas como soportes; con el uso de registro narrativo en primera persona para captar la experiencia social y humana mediante la recopilación anecdótica de los presentes. A pesar que esta performance se llevó a cabo hace cinco años, sigue como tema vigente, con las anécdotas suscitadas y la situación global por la que pasamos, invito a la reflexión para que exista un compromiso con la salud de las mujeres, incluso en este momento pandémico.
Una buena dosis de voluntad política es necesaria para que el aborto inseguro ya no sea la causa de muerte materna en México y América Latina. Para que esto sea una realidad, se tienen que despenalizar el aborto en todo México, en Latinoamérica y asegurar mecanismos para la atención de los abortos a través del sistema de salud público.
Ruth Vigueras Bravo*
Documentación fotográfica
Carlos Alberto Martínez
*Ruth Vigueras Bravo: Artista visual mexicana, cuya obra se centra en el performance art y la fotografía. Realiza intervenciones urbanas de site-specific, con connotaciones sociales y políticas; derivadas de un proceso de investigación autoetnográfico en torno al cuerpo como interlocutor en el espacio público. Como parte de su indagación imparte talleres, cursos, laboratorios de performance y fotografía. Ha participado en diversos festivales de performance en Norteamérica, Sudamérica, Europa, Asia y el Caribe.
Fue becaria por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en México (CONACULTA) y por el Posgrado en Artes y Diseño en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Realizó residencias artísticas de producción e investigación en: Argentina, Colombia, Brasil y México. Cuenta con una maestría y licenciatura en Artes Visuales.
Contacto: viguerasbravo810408@yahoo.com.mx
Sitios web: http://www.ruthviguerasbravo.com/
Bibliografía
Alcázar, Josefina. Performance un arte del Yo, Autobiografía, cuerpo e identidad. Siglo XXI, México, 2014.
Chevalier, Jean. y Gheerbrant, Alain. Diccionario de Símbolos, Editorial Herder, España, 2007.
Cortés Vega, César. Sobre
Ejercicios de repulsión! Inédito,2015.
[1] César Cortés Vega, “Sobre Ejercicios de repulsión!”, 2015, p. 3.
[2] Fuente extraída del Diccionario de Símbolos por Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, 2007, pag. 346.
