Teatro. Agustín Alezzo: De una entrevista fallida, a un encuentro conmovedor. Por Noemí Cáceres
Esta nota es para evocar a una gran persona.
Allá por el año 1996, tuve el honor de hacerle una entrevista al señor Agustín Alezzo, para la Revista “Generación Abierta”. Tenía muchos deseos de conocerlo, lo admiraba mucho, por algunas obras dirigidas por él, que había visto anteriormente.
Como tenía su teléfono- desde hacía un tiempo-, lo llamé para solicitarle una entrevista para el medio gráfico en el cual colaboraba, me dijo gentilmente que pasara por su estudio que estaba en la Av. Córdoba y Jean Jaures, en el primer piso donde había un bar.
Mi primer acercamiento al teatro se produce
cuando era muy chico, me llevaban a ver teatro
desde los tres años. Pero mi primer acercamiento
serio se da a los 17 años cuando ingreso a Nuevo
Teatro.*
Así fue que una noche me acerqué y conversamos, acordando la nota para la semana entrante, en ese mismo barcito. Mi alegría y emoción no puedo describirla en palabras, fue algo indescriptible.
Llegó el “gran día”, me dirigí al lugar un poco nerviosa. Estuve puntual, el maestro también. Conversamos de cosas de la vida y de amigos que teníamos en común, algo natural en nuestro ambiente, tomamos un café y comenzamos con el reportaje.
Las preguntas surgían naturalmente y él respondía del mismo modo, mi felicidad y nerviosismo no tenían límites.
¿Qué aspectos tomo en cuenta para la elección de mis actores?
Lo que tomo en cuenta fundamentalmente es que respondan a las necesidades de sus personajes, que sean buenos actores
y buenas personas.*
Nos despedimos cordialmente y me fui caminando con una gran plenitud, por la entrevista realizada.
Le entregué al director de la publicación el cassette-que todavía se usaba mucho por aquellos años- con la nota, unos días después. A las pocas horas, este me llama para decirme preocupado que la cinta estaba en “blanco”, que no se había grabado nada. Una leve transpiración se apoderó de mí, no sabía qué hacer, pero luego de unos minutos de zozobra tomé coraje y a la nochecita pasé por su estudio, en el horario que él daba clases, explicándole lo que había ocurrido.
Me miró pícaramente, sonriendo, me dijo que día podría y mientras tomamos otro café, acordamos la hora para volver a llevar a cabo la entrevista.
Así fue que a la brevedad volvimos a realizar el reportaje, debo confesar que en lo personal fue algo maravilloso, me sentí dichosa por haber conocido a este maestro que tanto admiraba y quien con gran humildad y comprensión, no había puesto objeciones para hacer nuevamente la nota, que al principio se había frustrado por problemas técnicos.
Este gobierno no tiene ninguna política cultural, yo
estoy completamente en oposición a ellos. No hay
un programa cultural pensado para desarrollar en el
país, esto es evidente. Los teatros oficiales funcionan
como pueden, no disponen de los medios necesarios
desde el punto de vista económico.*
Por eso, hoy, Diciembre del año 2020, preocupados por esta pandemia que azota al planeta, quería recordar a este Señor con mayúsculas, que lamentablemente nos dejó el 9 de Julio pasado.
Pero siempre vivirán en mí corazón, las veces que nos cruzamos y él tuvo una palabra, un “abrazo”, una sugerencia.
También, siempre me quedará presente su compromiso con el arte, con la cultura, su sensibilidad y respeto para con un otro.
Un compromiso con el arte que fue un aporte invalorable para el teatro y para los actores que tuvieron la suerte de formarse con él, en el escenario y en la vida. ¡Gracias Maestro!
A los jóvenes actores les diría que si quieren
dedicarse a esta tarea tienen que pensar en
una vida no fácil, una vida de trabajo, de esfuerzo
cotidiano y de estudio permanente. *
*Reflexiones de Agustín Alezzo, en la entrevista realizada por Noemí Cáceres para la Revista “Generación Abierta” (Letras-Arte-Educación), N° 21, en Julio de 1996.