Apuntes para un taller de escritura narrativa
Por Kelly Gavinoser
Frase generadora
Recapitulemos:
En el número anterior, señalamos la importancia de la palabra generadora en el trabajo textual en el taller. Dijimos que “es productora y productiva, una palabra “a partir de”, a partir de la cual se nuclean otras que van constituyendo una intrincada red de formas y significaciones que conforman el texto narrativo”.
Trabajemos ahora con frases generadoras que pueden ser extraídas de libros o de comentarios orales. De aquí la necesidad de que el taller, como productor, funcione también como receptor activo y dinámico, mancomunando la lectura creadora, el comentario y el análisis de textos. Pedagógicamente, la frase generadora habida en textos, o surgida de comentarios o de la iniciativa individual, servirá tanto para incrementar el acopio lexical como para enfrentar a los integrantes con buenos libros de autores meritorios.
Estas frases actuarán como líneas de fuerza, como fuerzas motivadoras capaces de hacer proliferar nuevos textos a partir de ellas, de funcionar como nexo o enlace interior incluido en el nudo o desarrollo de otro, o como remate o desenlace de uno ulterior.
La frase generadora despertará en cada uno todo su caudal latente creativo; cada receptor –activo- de la frase la incorporará como patrimonio propio, como semillero feraz y generoso, capaz de fructificar excelentemente.
Con respecto a la frase generadora extraída de textos, diremos dos palabras sobre la intertextualidad. Aunque éste es un término de acuñación bastante reciente, el concepto que denota es de antigua data en las retóricas clásicas.
Según Todorov, en el nivel más elemental, es intertextual toda relación entre dos enunciados. Dos obras verbales, dos enunciados yuxtapuestos uno al otro entran en una especie particular de relación semántica que llamaremos dialógica.
Desde este ángulo encararemos la frase generadora: como una relación creadora donde un texto dialoga con otro, donde lo que importa es el interjuego entre ese primer texto y el segundo que lo incluye o absorbe.
Jorge Luis Borges dijo muchas veces que “la literatura es un diálogo con otros escritores: “yo les debo a ellos, y ellos posiblemente me deban a mí también”. Si analizamos su obra, podemos comprobar el alcance de estas palabras, en relación con lo dicho sobre intertextualidad.
Llamamos, pues, intertexto, al texto dentro del texto. La frase generadora, motivadora de textos productivos en el taller y que conforman su principio motriz, es un ejemplo de intertextualidad donde el intertexto aparece como significante que adquiere un nuevo significado y sentido en la totalidad del texto.
El intertexto, no es sólo el texto dentro del texto, sino el texto entre los textos: actúa como enlace entre dos sistemas de signos.
Texto generador
Para el tratamiento de este punto arbitramos similar técnica que para frase generadora. El texto generador puede proporcionar el tema, la idea central, la nominación y/o caracterización del o de los personajes, o los índices temporales o locativos.
Lo dicho sobre intertextualidad, también es extensivo a la producción narrativa donde el intertexto constituye también el elemento generador, pero aquí ya no es una frase la que funciona como tal, sino un texto de relativa extensión el que actúa como gozne.
No tiene porqué, el texto generador, ser el comienzo de una narración: puede ser insertado en el desarrollo o nudo, o, si su sentido lo permite, al final. Por otra parte, puede inducir la escritura de distintos tipos de cuento -realista, maravilloso, fantástico, de ciencia-ficción- lo cual puede estar precisado en la consigna o no. Afirmamos esto, pues el taller es, y lo hemos comprobado, una permanente caja de sorpresas: de una premisa realista han surgido magníficos cuentos fantásticos, de ciencia-ficción o maravillosos.