Premio Trabucco 1994
Por ROSA FACCARO,
De la Asociación Argentina de Críticos de Arte
El Premio Alberto J. Trabucco constituye la segunda versión del instituido por la Fundación Alberto J. Trabucco. Este Premio Adquisición posibilita que la obra elegida sea donada a un museo público o privado, considerándose al igual que el Premio Palanza, la distinción más importante en nuestro medio. La Academia Nacional de Bellas Artes aporta no sólo los recursos provenientes de este legado, sino también la organización y el jurado correspondiente. Los artistas invitados fueron diez pintores de conocida trayectoria: Carlos Alonso, Miguel Cande, Ricardo Carpani, Blas Castagna, Victor Chab, Alberto Delmonte, Ezequiel Linares, Adolfo Nigro, Luis Felipe Noé y Hugo Sbernini.
Con tres obras cada expositor, se ha formado un conjunto de treinta pinturas que se exhibieron en el Museo Nacional de Bellas Artes. Este programa de pintura argentina orienta sobre la producción y creación de artistas que han ganado un prestigio en nuestro medio artístico. El premio lo obtuvo el artista rosarino Adolfo Nigro (1942), cuya primera exposición individual en Buenos Aires la realiza en 1974. Su obra de inconfundible lenguaje, dentro del constructivismo procedente de la escuela de Torres García, se ha destacado en estos últimos años, obteniendo entre otras distinciones el Gran Premio de Honor del Salón Nacional de Artes Plásticas (1989). Es innegable que la tarea de un jurado, ante trayectorias y obras exhibidas, y una selección de artistas de indudable valor, se encuentren con una labor de suma responsabilidad, pero sin duda el premio ha sido otorgado con los criterios lógicos, que en este caso, un jurado académico ha aplicado. La obra de Adolfo Nigro posee un lenguaje plástico inscripto en el horizonte de la pintura rioplatense, creando aportes propios dentro del sistema constructivista de la escuela de Torres García, sin desdeñar las contribuciones del lenguaje cubista, y el automatismo lineal de la surrealidad. Su pensamiento estético ha sido manifestado junto a su pintura, en varias ocasiones. Adolfo Nigro representa en esta corriente del constructivismo universal, a uno de sus más destacados exponentes. Merecen señalarse de esta muestra, los envíos de Blas Castagna, Alberto Delmonte y Luis Felipe Noé.