Jackson Pollok
Un pionero de la pintura abstracta norteamericana
Por ADRIANA GASPAR
Jackson Pollock nace en Cody, estado de Wyoming, el 12 de Junio de 1912, es el más pequeño de cinco hermanos. Los años de niñez y de juventud no han resultado sencillos para su familia. Su padre agricultor se ve perjudicado por la gran crisis económica que atraviesa el sector agrícola por aquella época, por lo que se ven obligados a trasladarse de Arizona a California. Su madre es una figura fundamental para su desarrollo artístico, ya que se la puede considerar la típica representante del matriarcado y del puritanismo imperante, a más de su poder de iniciativa característico de los pioneros americanos.
Crece como un joven solitario acostumbrado a las penurias económicas y a la vida dura de una familia que recorre paisajes de grandes extensiones ajenos a la riqueza que los rodea.
Atraído por las formas volumétricas y por la cultura de los indios americanos, Pollock llega en 1929 a Nueva York. Allí resulta fundamental la figura de Hart Benton, exponente del regionalismo pictórico americano. A través de él toma contacto con el círculo de artistas que por esos años protagonizan la escena neoyorquina, conformada por la bohemia nocturna propia y exiliados y no exiliados europeos.
Mientras tanto surge en América el llamado muralismo mexicano con nombres de la talla de Orozco, Rivera y Siqueiros, por los que el artista se siente atraído.
Mas tarde Nueva York se transforma en un lugar de esplendor para las artes. La entre guerra europea facilita el exilio de artistas y de movimientos artísticos. La ciudad se convierte en un atractivo centro, para los surrealistas y dadaístas. Artistas como Max Ernst, Miró y Arshile Gorky (este último representante de la neo figuración del expresionismo abstracto estadounidense, aunque su país de origen era Armenia), ejercen notoria influencia sobre él.
Las producciones de los artistas antes mencionados son decisivas para la obra de Pollock, como así también el Guernica, obra que genera en él una gran fuente de inspiración, aunque él mismo se encarga años más tarde de provocar una rivalidad bastante tortuosa con la figura de Pablo Picasso.
Poco a poco Pollock y Mothewell, se constituyen como pioneros de la pintura abstracta norteamericana. Marthewell expresa de una manera despojada la relación entre la acción de crear y la obra en sí, protagonistas de la “acción painting”.
Pollock por su lado realiza su primera muestra personal en la galería neoyorquina de Peggy Guggenhein, en la que el crítico Clement Greenberg subraya:”La absoluta individualidad del espacio pictórico, donde se interrelacionan la imaginación y la técnica, hasta constituir una compleja unidad entre el artista, la pintura y el espacio.”
En la década del 30 símbolos totémicos del arte mexicano todavía se manifiestan en la obra, aunque gradualmente sus imágenes pierden toda referencia con el mundo real y visible y se reducen a signos gráficos. Algo así como transferir a la pintura los símbolos de las regiones más profundas del inconsciente. Una búsqueda impulsada por sensaciones concretas es la que trata de plasmar en sus obras ciudadanas.
A fines de la década del 40 sus obras marcan el inicio de una nueva técnica, el “dripping”. Pollock afirma: “Mi pintura no nace sobre el caballete. Rara vez, antes de comenzar a pintar extiendo la tela. Prefiero fijarla sin armazón sobre la pared o colocarla sobre la tierra. Tengo necesidad de una superficie dura y sobre el pavimento me siento más a gusto, más cercano, formando parte del cuadro, porque puedo andar alrededor, trabajar en el cuadro, estar, literalmente dentro del cuadro. Cada vez mas abandono los utensilios clásicos de los pintores; prefiero la espátula, los cuchillos, los colores fluidos y que gotean, o bien, una pasta compuesta con arena, vidrio triturado y otros materiales inusitados”.
El artista actúa dentro del cuadro, forma una unidad con él en su acción de pintar. Una sutil fusión entre su mundo interior y su propia obra constituyen la esencia y el contenido.
Mientras tanto, De Kooning da vida junto al artista a la generación del Action Painting.
De Kooning construye sus obras envueltas en un violento expresionismo. Están pintadas con esmaltes y alquitranes que arman un espacio ambiguo.
Europa comienza un nuevo rumbo con el informalismo, “El arte de la incomunicabilidad”, característico del arte de posguerra.
La vida de Pollock, por otro lado, está sumida en una onda aflicción. El resentimiento de su origen y el alcohol no dejan que sea consciente del lugar que está ocupando en el mundo del arte por aquellos años. La ambición desmedida y la actitud competitiva le juegan en contra en su corta vida. Muere en 1956 en un accidente automovilístico.
Después de su muerte su obra se vio rodeada de una aureola casi mística. Sus producciones generaron profundos cambios en la composición física y espacial de la obra de arte en la segunda mitad del siglo XX. La ambientación y la instalación se encolumnaron en estos cambios.