Víctor Zevi
“El trabajo de hacer teatro biográfico requiere de mucha investigación”
Por ROMINA CALVO
Generación Abierta dialogó con Victor Zevi, psicólogo social, actor, dramaturgo y director de teatro, acerca de sus comienzos con la compañía teatral “Teatro sin Fronteras”, y sobre otros aspectos relacionados con el mundo del teatro.
Generación Abierta: ¿Cómo surgió la compañía teatral “Teatro sin Fronteras”?
Víctor Zevi: En realidad el socio fundador, es mi actual socio, Carlos Rapolla. Cuando él decidió crear la compañía todavía no nos conocíamos. Él había empezado a hacer una obra, “Chúmbale” para un trabajo que tenia que hacer en un sindicato, y es como que comenzó a ir con esta compañía él solo, era como darle un nombre al trabajo que estaba haciendo. Después en el año 2007 yo me presenté a una convocatoria para una obra de teatro como actor. Como gustó mi trabajo, al tiempo, con él, estrenamos una obra en mayo de 2008 sobre la vida de Camile Claudel, -la escultora- y a partir de ahí surgió la idea de trabajar juntos. Entonces como él ya tenia este nombre seguimos con otras obras, con la sigla “Teatro sin Fronteras”. En realidad no soy el socio fundador pero bueno, en principio era un nombre de fantasía que después adquirió otra dimensión. Inclusive la historia de la compañía no es muy antigua, pero ya tenemos algunos proyectos en cartel, como el caso de “Quinquela Martín: Destellos del Arte” y otros más para hacer durante este año.
G.A.: ¿Hay algo en particular que caracteriza a “Teatro sin Fronteras” , que le da un perfil propio?
V.Z.: Si… desde que empezamos a trabajar juntos intentamos hacer teatro biográfico, de hecho la vida de Camile Claudel es una biografía teatralizada, la vida de Quinquela también, yo ahora estoy escribiendo algo sobre la vida de Piazzola, es decir, siempre de personalidades relacionadas con el arte, biografía de gente relacionada con el arte, que es como darle a la compañía una especie de sello. El trabajo de hacer teatro biográfico también requiere de mucha investigación, eso también está bueno, porque nosotros nos ponemos a investigar sobre la vida de las personas. Esto no quita que podamos hacer otras obras, inclusive de otros autores, aunque lo que estamos tratando de hacer son obras propias.
G.A.: ¿Cómo es la modalidad de trabajo, el funcionamiento interno de la compañía?
V.Z.: En realidad lo nuestro es como una especie de máquina de ser, se retroalimenta, porque siempre nosotros dos participamos, uno dirige, el otro actúa o viceversa y también agregamos otros actores pero nos complementamos. Esta es la filosofía de la compañía, de alguna manera intentamos armar un elenco estable pero es muy difícil tener un grupo de diez, doce personas que estén rotando permanentemente, porque como el teatro biográfico tiene un tema que es buscar al actor que va a hacer el personaje, tienen que dar el físico y el rol, entonces no es sencillo.
G.A.: Es todo un trabajo, porque también esta el tema del vestuario…
V.Z.: Claro, todo está en función de ese personaje, inclusive el vestuario.
G.A.: ¿Cómo es la obra que está en cartel “Quinquela Martín. Destellos del Arte”?
V.Z.: Bueno, siguiendo con el tema del vestuario y para terminar con este aspecto pero tomando también tu pregunta te digo que de casualidad compramos la ropa usada obviamente, en la feria americana encontramos un traje de época que al actor le iba bien, no tuvimos que tocarle ni el dobladillo del pantalón y parece un traje de la época. Quinquela fue un personaje que nació en 1890 pero murió en 1967, es bastante contemporáneo, entonces también nos permitió usar una ropa un poco más neutra, no estamos haciendo una obra de la época de los romanos, en la cual hay que usar un vestuario especial. El otro personaje de la obra tiene un vestuario un poco más complicado.
G.A.: Cuéntenos un poco sobre este otro personaje…
V.Z.: El otro personaje de la obra se llama Juan, es un carbonero.
G.A.: ¿Sería algo así como el aprendiz de Quinquela?
V.Z.: A veces es el aprendiz, a veces es un personaje de la calle, a veces es un personaje representativo del momento histórico, en los años 30, 40, donde el peronismo estaba en auge, por momentos es un hincha de Boca, que está eufórico en la cancha, por momentos es Quinquela. En una parte de la obra, Quinquela habla de él, y el otro personaje está actuando lo que él está diciendo, así que adopta varias personalidades. Juan, este otro personaje, es un poco el que lleva el ritmo de la obra, porque el personaje de Quinquela es como más estructurado porque no nos podemos apartar mucho de lo que era el personaje en la vida real. No puedo hacer, digamos, un tipo de determinada forma cuando en la vida fue de otra.
G.A.: No lo puede cambiar…
V.Z.: No lo puedo cambiar mucho, el otro si, el otro tiene más libertad, entonces como que el ritmo de la obra lo lleva más el otro personaje, Quinquela es más estructurado, más tranquilo, y aparte también tiene que ver, un poco, la formación de cada uno de los actores, las edades también.
G.A.: ¿No es más complicado cuando son menos actores?
V.Z.: Sí y no, para el director no, para los actores sí, cuando son más actores hay menos texto, tienen más posibilidades de salir al escenario y volver, de estar en escena, cuando son dos, a los actores se les complica más.
G.A.: ¿Cuánto duró el ensayo?
V.Z.: Nosotros empezamos a ensayar en Octubre, Noviembre, del año pasado, después Diciembre que es un mes super corto, continuamos en Enero y la estrenamos el 21 de Febrero, así que habremos estado 3 meses, más o menos con ensayos, y para escribirla habré estado un mes.
G.A.: Poco tiempo…
V.Z.: Si, se hizo muy rápido porque yo tengo un sistema de laburo que no es ni esquemático ni estructurado, pero que permite digamos programarlo, en una palabra, organizarlo bien, y mientras tanto como nosotros nos ocupamos de todo, fuimos consiguiendo la escenografía y la música. Y pudimos ensayar con ambas cosas, cosa que a veces esto se da en el final, y recién en la última semana empezás a tener la escenografía y la música.
G.A.: Se puede decir que los actores estaban preparados…
V.Z.: Estaban preparados, porque es muy difícil ensayar sin los elementos, sin la música, siempre con la misma ropa. Si ya te ponés la ropa ya te metés en el personaje, parece una pavada pero vos te ponés una gorra y ya no sos vos, agarrás una pelota y ya no sos vos.
G.A.: ¿Cómo nació la idea de hacer una obra basada en la vida de Quinquela Martín?
V.Z.: Y mirá… yo de Quinquela sabía poco y nada, lo conozco como tantas otras personas, he visto cuadros de él, nunca había ido a un museo, había ido una sola vez a un museo, a ver una muestra de mi primo que es escultor pero nunca subí al museo, al último piso donde está el Museo Quinquela. La idea de hacer la vida de Quinquela parte de que yo estaba buscando escribir algo sobre la vida de alguien, y un día hablando con mi mujer me comenta una anécdota: la familia de ella vivía en “Dock Sud” y cruzaban el riachuelo en bote- como hoy todavía se sigue haciendo-, y el padre de ella, que en esa época tendría 7, 8 o 10 años, se acercaba siempre donde estaba Quinquela y se quedaba ahí horas y horas, hasta que un día aparentemente Quinquela lo invita a pasar y el pibe estaba como perro con dos colas. A partir de ahí, lo comienza a ayudar, le limpia los pinceles, etc. Esta es la anécdota que se cuenta, que no si es verdad o no pero que a mí me sirvió como inspiración. El papel de Juan, tiene que ver con ese personaje. Comencé a investigar, leí la biografía de Quinquela que en realidad es una autobiografía, no la escribió él porque no le gustaba escribir, se la encargó a un amigo, pero está escrita en primera persona y entonces de ahí saqué toda la información referida a su vida personal y anécdotas de él.
Después bueno, anexé la información de otros libros, material en Internet, pero lo que más me sirvió casi al final, digamos, terminando de escribir la obra es haber ido a “La Boca” y hablar con gente que lo conoció, porque los libros, es decir, lo que escribe él, de sí mismo, bueno eso es subjetivo, en cambio es muy distinto hablar con alguien que lo conoció, que por ejemplo fue a comer con él. Una persona en el museo me dijo: “él un día me regaló $10, -en esa época era mucho plata- y yo con eso compré los útiles para todo el año”, era un tipo muy generoso, de hecho donó todo lo que tenía, se murió en la más absoluta de las pobrezas, no por que era pobre, -decir pobreza tal vez esta mal-, se murió totalmente desprendido, es decir, cuando se murió no tenía nada, no era un tipo pobre, tenía su casa, había donado terrenos, viajó por el mundo, no era un Van Gogh, viste que se murió tirado en el piso, pero cuando murió no le quedó nada, había donado todo.
G.A.: ¿Qué le aportó haber hablado con gente que lo conoció a Quinquela?
V.Z.: Hablando con gente que lo conoció, conocés como era él, por ejemplo que era cascarrabias, que era puteador, que era un tipo bravo, tenia su carácter podrido, pero era un tipo muy generoso y aparte había podido salir de su vida. Vos pensá que fue un niño abandonado de recién nacido, a los 7 años lo adoptaron, pasó la primer infancia en un hospicio de monjas, la ex Casa Cuna, después lo adopta esta familia que eran carboneros, super humildes. El tipo con todo ese pasado, pudo hacer una vida de fama, de dinero, porque lo tuvo, viajar por el mundo, es decir pudo superar esa infancia atroz y hacer algo de su vida, y este es el eje de la obra. El eje no es la pintura, es más que nada la vida interna, sus primeros inicios, como se contactó con la gente, como pudo superar esa falta materna y paterna, un chico recién nacido que lo adoptan es como que no lo siente tanto pero a él recién lo adoptan a los 7 años, ya tenía conciencia. De hecho era un tipo que odiaba los guardapolvos grises porque en el orfanato todos los chicos usaban guardapolvos grises, odiaba el gris, por eso los cuadros tienen tanto color, no vas a ver ningún cuadro que tenga gris, es como que lo tiene anulado, odiado, negado totalmente. Podés ver luz, poder ver negro, podes ver un día nublado pero gris no vas a ver en ningún cuadro. Bueno esto es un poco la historia de porque a mí se me ocurrió, mas allá de mi corazón boquense, porque sino fuera de Boca tampoco la hubiera escrito.
Quinquela, se puede decir que no era un pintor de barcos, de hecho había muchos barcos que los pintó sin haberlos visto, de memoria.
G.A.: ¿Qué simboliza para usted, el nombre “Destellos del Arte”?
V.Z.: ¿Por qué destellos? Porque un destello es algo que aparece súbitamente. Quinquela, tenía según él, una forma de pintar distinta a los demás, él nunca se encasilló en lo que se llamaba Expresionismo, Futurismo, y de hecho los colegas, siempre lo resistieron, porque no se encasillaba en ningún movimiento. Cuando él pinta su caballito de batalla, él dice: “Yo armo el cuadro en mi cabeza durante meses y cuando ya lo tengo pintado en la cabeza, lo pinto en cinco minutos”. De hecho pintó un cuadro que se llama “El incendio del petrolero San Blas”, el petrolero se hundió en La Plata, y el nunca vio eso, pero se lo habrá imaginado o habrá visto las llamas, no sé, hay una escena en la obra sobre ese incendio, porque es uno de los cuadros más representativos del museo. Hay una sala que es donde él tenía el atelier, y vos entrás y parece que hubiera luz, por el color, viste del fuego, el amarillo, el naranja, él le dio mucha bolilla al fuego. Entonces por eso son los destellos, es decir, serían como flashes, como algo que surge espontáneamente, a eso atribuyo yo, el significado de la palabra destello.
G.A.: Es importantre seguir estudiando, profundizando, en teatro…
V.Z.: Y sí, en lo personal me la paso estudiando, el año pasado terminé la formación en Psicodrama y este año voy a empezar a hacer la formación en construcción de máscaras en cartapesta, en papel. Así que estoy permanentemente buscando y aplicando también al teatro partes de otras disciplinas.
La formación en Psicodrama la hice en la Escuela de Pavlovski, que es alguien muy vinculado al teatro. También hay cuestiones de la psicología social que me interesa que aparezcan en mis obras. En Quinquela hay frases por ejemplo una de Enrique Pichón Riviere que dice “La diferencia entre la salud y la enfermedad radica en poder transformar lo siniestro en algo maravilloso”. Fijate vos. algo que es siniestro y que vos lo podés transformar en algo maravilloso, es decir, salir de la enfermedad y entrar en la salud. Quinquela hizo eso, lo siniestro de su vida, el haber empezado mal su vida, lo pudo transformar a través del arte, él pudo pasar de algo siniestro que pudo haber terminado mal, como ser, un tipo resentido con la sociedad, bla bla, en algo artístico, popular y reconocido, esta frase no es que la metí como a presión sino que tiene que ver con su vida, es una frase que la dijo Enrique Pichón Riviere hace 40 años.