“Encuentro por la Unidad de los Educadores 2007”

En el  “Congreso Pedagogía 2007, Encuentro por la unidad de los educadores” realizado en  La Habana, Cuba,  estuvieron representados 42 países a través de más de 5200 participantes. “Educación y Neoliberalismo” fue el contexto  temático en el que se desarrolló el congreso. Entre las  conceptualizaciones  más interesantes destaco  la del prof. Frei Betto1, de Brasil, en su conferencia del día 31 de enero.
Lo primero que el disertante propuso fue la ampliación del subtítulo del evento: ‘Encuentro por la unidad de los educadores y la diversidad de la educación’.
Él  considera que debemos educar para preservar nuestra identidad cultural. La identidad cultural se preserva cultivando el pensamiento crítico y construyendo una conciencia  social crítica. Sin someternos al mal  llamado ‘pensamiento único’ que pretende imponer la mal  llamada ‘globalización’, que en realidad es ‘globocolonialización’. Colonialización de la sociedad,  del planeta, que pretende realizar un sector pequeño pero muy adinerado intentando imponer las interrelaciones mercantiles a las sociopolíticas y culturales.
Asocio ahora la opinión del poeta argentino Antonio Esteban Agüero, quien en su poema “Digo la tonada” bellamente sugiere que los colonizadores europeos  impusieron con sangre y violaciones, su idioma en Latinoamérica. Pero en la guerra de acentos  y  palabras  las culturas originarias triunfaron manteniendo su tonada. La musicalidad de la lengua española en cada región es diferente porque supieron preservar a través de los siglos la musicalidad de su lengua de origen. 
Volviendo a la caracterización del contexto neoliberal –clara expresión de quienes intentan la actual globocolonización- observamos que a través del concepto de ‘posmodernidad’, primero aplicado al arte y luego generalizado a las ciencias sociales, lo que proponen es la destrucción del ‘sentido’. Imponiendo el predominio de la palabra visualizada se provoca la explosión del sentido de la vida y el sentido de la historia. Se  rompe la secuencia histórica y se propone el mito de la ‘neutralidad de la educación’ junto con  ‘la inmaculada concepción de la neutralidad científica’ (Frei Betto. 2007).
El problema que se genera e incumbe de manera directa a la educación, es la falsa idea de que ‘la historia ha terminado’. Lo que intentan provocar es la deshistorización del tiempo.  De manera tal que al no percibir el tiempo como historia no se tiene esperanza, ni proyectos, ni futuro, no se tiene por qué luchar en la vida. Sólo debería importar el aquí y ahora, sin proyectos de familia, de formación, de política ni de sociedad.
Cabe aquí aclarar que para el sector dominador que propone la inexistencia de la historia, sí existe la historia. Se puede constatar a través de la simple observación de la información que se divulga sobre sus cuantiosas  inversiones en el presente para un futuro inmediato, mediato y  a muy  largo alcance. Inversiones millonarias que concretan recién después de minuciosos estudios  previos de una cantidad  de variables que atienden cuestiones históricas fundamentales.
Se desprende de este análisis que son entonces los sectores dominados quienes no deben tener historia, ni historia de sus especialidades  laborales y profesionales, para poder ser manipulados con mayor facilidad.
Recordemos que ya en la Biblia se instala la historicidad de una manera muy curiosa. Al  hacer referencia a la Creación, se le otorga a las creaciones divinas  una progresión semanal. Esta progresión semanal implica una conciencia histórica.
“Desde la creación hay un sentido histórico y en educación es fundamental el sentido histórico.
La irracionalidad sistémica del neoliberalismo destruye el sentido histórico del tiempo. La manera de combatirlo es construir la historicidad, construyendo nuestro mundo.
La televisión, la internet son  instrumentos estupendos, pero tengamos claro que sus contenidos son neoliberales: el objetivo es crear la conciencia de las nuevas generaciones con ‘la fragmentación del tiempo’. Con la imposibilidad de crear proyectos con continuidad de sentido.  
El neoliberalismo ha inventado los instrumentos para subvertir nuestra conciencia histórica”. (Ibidem)
En la vorágine de mercantilizar todo, se ha mercantilizado incluso la educación. Hoy los centros de formación y capacitación son centros de capacitación de mano de obra. No se infunden valores humanos  ni  ética.
La propuesta neoliberal es que la escuela sea cada vez más chica, más específica, técnico especifica y menos humanista.  No estudiando filosofía, sociología, psicología ni antropología, cuando ya todos sabemos la importancia de  conocer lo propio de los pueblos diferentes y  su lengua de origen.
La escuela tiene que preparar y  formar ciudadanas y ciudadanos creativos, interactivos y solidarios.
 “La pedagogía tiene que ser una pedagogía comprometida, como decía Paulo Freire. Tenemos que introducir en nuestras escuelas métodos de educación popular”. (Ibidem)
La educación debe ser contextualizada y la globalización es incompatible con la educación contextualizada. El contexto entendido, no como algo ajeno y externo sino como constitutivo de nuestra interioridad, de nuestra esencia. Por ello debemos considerarnos elementos constitutivos del ambiente, del que sólo somos una expresión más. Somos una expresión más de la naturaleza, la cultura es una expresión de la naturaleza.
Hace décadas Gregory  Bateson, biólogo y antropólogo,  propuso el concepto de ecología de la mente para intentar categorizar esta idea. (G.Bateson 1972).
Desde el psicoanálisis, también por la misma época, Andre Green comienza a conceptuar ‘el pensamiento terciario’. Así lo llama teniendo en cuenta que se denominó pensamiento primario al pensamiento mágico y secundario al lógico. El pensamiento característico de nuestros tiempos, para Green debería denominarse terciario porque tiene la particular combinación de la racionalidad con la intuición.
Por todo esto es imprescindible una educación que estimule el sentido crítico, el pensamiento y la intuición. Es importante desarrollar la racionalidad y la intuición porque el producto de ambas es la ‘inteligencia’, como está indicado desde su etimología:  ‘inter legere – leer dentro’.